Zorro Chaccu y Puca Kanchis de Umachiri [Opinión]
El distrito de Umachiri, ubicado en la provincia puneña de Melgar es uno de los tantos distritos que atesora expresiones que datan de épocas anteriores a los incas, las mismas que se han mantenido en el tiempo y han resistido el nefasto proceso de extirpación de idolatrías, campaña realizada por los invasores de España. Estas expresiones, musicales y danzarías, sin duda constituyen una joya en esta parte del altiplano puneño.
En épocas de carnaval, en el distrito de Umachiri, una de las actividades principales es el denominado «Zorro Chacu»- actividad a cargo de las autoridades vigentes del distrito y centros poblados aledaños-, las autoridades, en organización con un grupo de expertos cazadores de zorros a los que se les conoce como «caballerías» realizan esta costumbre cada año llamado Q’omina Loma, este Apu es testigo de estas prácticas desde tiempo muy antiguos, donde se realiza la Ch’alla y la ofrenda a la madre tierra.
El Chaccu o Caza, se lleva a cabo con el fin de poder interpretar el destino del pueblo, se cree que la exitosa cacería es augurio de la buena gestión que tendrá el alcalde que asume el cargo.
Las prácticas culturales del pueblo de Umachiri, como la caza del zorro, revelan la voluntad de las deidades, constituyendo una manera ancestral de comunicación entre el hombre altiplánico y los seres que lo protegen, es una especie de lenguaje que el campesino conoce y entiende, solo así se puede saber si el equilibrio entre el hombre y sus deidades es propicia, y que el accionar del hombre en cuanto a las decisiones tomadas a favor del pueblo son bien vistas por los seres que rigen ese equilibrio entre el hombre y lo que le rodea, esto se refleja en los augurios de prosperidad y buena producción que se miden con la cantidad de zorros que son capturados durante el llamado Chacu de zorros; cabe destacar que si la faena concluye con un número reducido de zorros atrapados, quiere decir que durante el año la producción será mínima y el progreso no le sonreirá del todo al pueblo, sin embargo es peor cuando no se encuentran zorros, considerado de mucha preocupación para todo el pueblo.
Además de la caza de zorros también se realizan en estas épocas, de manera familiar y en espacios apartados (chacras), el llamado «Señalacuy»; ritual que propicia la reproducción del ganado agradeciendo a la madre tierra y pidiendo a las divinidades pertinentes que los animales se reproduzcan, para esto se enlazan a una pareja de ovejas o becerros, adornándolos con serpentina y marcándolos con cintas. Este evento tiene lugar en los campos de cada poblador como parte de estas épocas carnavaleras, sin embargo no constituye una actividad danzaria propiamente dicha, como se a querido recrear sin éxito solo logrando hacer un combinado mal hecho de lo que estas prácticas culturales constituyen.
Los festejos de carnaval, aquellos que tienen como actores principales a los pobladores, en su mayoría jóvenes, se hacen a las calles del distrito donde el agua y las mata cholas están a la orden del día; desde luego el carnaval en Umachiri no estaría completo sin la presencia de las cuadrillas de Puca Kanchis, danza tradicional con presencia en varios distrito de la provincia de Melgar; al igual que sus pares del centro poblado de Humanruro, en el distrito de Macarí, también bailan en estas épocas como fecha principal, rememorando las proezas de su raza, la que se origina desde épocas milenarias anteriores a la conformación del imperio inca; sin duda su presencia como nación milenaria, durante la batalla de Umachiri, fue lo que marcaría históricamente a estos hombres.
En la danza del Puca Kanchis predominan las banderas de dos colores, donde el rojo hace referencia al hombre del campo y a su vez recuerda su participación en los eventos históricos del país tales como la muerte del prócer Mariano Melgar y los tiempos de guerra en los que los pobladores de todo el altiplano, en especial los de la actual provincia de Melgar, fueron protagonistas de la defensa de nuestra naciente patria; la pequeña franja blanca, por su parte, refleja la alegría que trae consigo la época donde los campos florecen, propiciando que los hombres y mujeres ejecuten con alegría sus practicas ancestrales, jugando, bailando y cantando al compás de sus wifalas y kashwas.
En la danza del Puca Kanchis existen faces importantes, una de ellas es la famosa «Guerra Tupay», donde los pobladores sacan a bailar a las autoridades de gestión vigente y ajustan cuentas con ellos, dándose de latigazos con sus guaracas en las pantorrillas como dándoles a entender que su gestión no está de acuerdo a las necesidades del pueblo, situación que es tomada con respeto por las autoridades y que casi siempre termina con muestras de afecto y compromisos de enmendar lo malo para volver a empezar.
Sin duda, Umachiri conforma uno de los distritos donde el folklore vivo que aún tenemos, debe valorarse y cuidar, dejando de lado la tergiversación y la mala información que se promueve desde espacios ambiguos siguiendo solo el deseo de trastocar nuestras expresiones por un afán comercial llamado, industria cultural y en ella los famosos concurso de danzas.