Martes, 26 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

Vacuna cotra el terruqueo y la discriminación

Actualizado: 16 abril, 2021

Adolfo Meléndez

La voz de los ninguneados y no escuchados ha hablado en las elecciones pasadas del 11 de abril y exige un nuevo contrato social en el estado peruano, ese Perú abandonado en estos casi 200 años de república se ha levantado de su largo letargo y quien lleva ese mensaje es el candidato de Perú Libre, Pedro Castillo Terrones, un campesino, rondero y maestro de profesión, con su sombrero chotano y su lápiz como símbolo pretende escribir un nuevo capítulo en la historia del Perú.

Su mensaje es de rebeldía contra el sistema capitalista, la derecha y la CONFIEP, el discurso que ha calado en las 16 regiones del Perú, donde ha salido triunfante, es el cambio de la estructura de gobierno, reemplazar la derecha por la izquierda, implantar un nuevo modelo económico que se acerque más a las mayorías.

El poder oculto ya empezó con los psicosociales para desprestigiar al candidato de izquierda, su brazo mediático despliega campañas de terruqueo y discriminación, hacen hasta lo imposible para relacionarlo con Sendero Luminoso, con el MOVADEF, FUDEP y el gobierno de Venezuela.

Se olvidan que el Perú se cae a pedazos por culpa de sus gobiernos de derecha que tanto enaltecen, pretenden esconder que el sistema económico actual, solo beneficia a los grupos de poder, se olvidan que tenemos un sistema de salud decadente, con hospitales que se caen a pedazos, un sistema educativo estatal agonizante, la desnutrición que cada año se acrecienta, la delincuencia que se adueña del país y los derechos laborales pisoteados; todo esto gracias a su modelo obsoleto e inservible para nuestra sociedad. Pretenden hacernos creer que  tener pensamiento de izquierda es sinónimo de terrorismo.

En el Perú, se han puesto la banda presidencial: militares, abogados, arquitectos, ingenieros y todos han terminado de cuclillas al poder económico y siempre han gobernado para los intereses de los dueños del Perú. Ahora que se asoma un campesino con ideas distintas que rompe el establishment de la política peruana, la discriminación y el terruqueo por sus formas de expresarse se difunden sin ningún control, hay una estigmatización total, la derecha no quiere aceptar que en los maizales de Puña, un centro poblado de Chota en la región de Cajamarca se forjaba los ideales que pretende romper la vieja estructura del país que tanto daño le ha hecho al pueblo.

¿cómo responder al terruqueo y la discriminación?, con la historia, la consciencia y la memoria, con la rebeldía, la esperanza y la fuerza de los pueblos olvidados, que a pesar de haber sido oprimidos y vilipendiados aún resisten. Responder también con Cesar Vallejo, con José Carlos Mariátegui, Manuel Gonzales Prada, con José María Arguedas, peruanos ilustres que han enarbolado la izquierda como ideología y son símbolos del pensamiento de nuestra patria. Responder también con el huayno, la chicha y la trova andina, que son la expresión forjada en el sentimiento del Perú profundo, en fin, responder con todo y por todos. 

No olvidar jamás que al otro lado de la orilla está el fujimorismo que es la peste, el cáncer y el herpes de la política peruana. No olvidarnos jamás, que no son una organización política, sino una banda de delincuentes, cuya líder la señora K, quiere huir de la justicia. 

Recuerda siempre que los años de la dictadura de la década del 90, fueron de persecución a los dirigentes populares, de asesinato de los estudiantes universitarios de la Cantuta, de golpe de estado, de violación de los derechos humanos, de esterilizaciones forzadas de más de 200 mil mujeres, de subasta de las empresas estratégicas de nuestro país a precios miserables, de imposición de una constitución política que solo beneficia a los grupos de poder. A ellos tenemos que responderle con una sola frase fujimorismo nunca más.


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