Tengo lunares ¿Cómo sé si son malignos?

Hay personas que tienen tendencia a presentar un mayor número de lesiones pigmentadas en la piel conocidas como «lunares», esto puede deberse a la genética, porque están expuestos a una mayor radiación solar, porque tienen la piel y los ojos claros o porque son pelirrojos. Lo importante es visitar al dermatólogo con frecuencia para confirmar que sus lunares son benignos o sospechosos de cáncer de piel.

Al respecto, el Dr. Mauricio León Rivera, director de la Liga Contra el Cáncer, director médico del Centro Detector del Cáncer y cirujano oncólogo de piel de la Clínica Ricardo Palma, dijo que del 15 al 20 % de los casos de cáncer de piel provienen de lesiones o lunares pre-existentes que degeneraron debido a la sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol.

Para reconocer los lunares de nuestro cuerpo y monitorear sus cambios en el tiempo, podemos utilizar la regla del ABCDE. Si se tiene alguna de estas características es tiempo de acudir al médico, en este caso, con un buen dermatólogo u oncólogo experto en piel:

“A” de asimetría. Si colocas un espejo por la mitad del lunar, ambas mitades deben ser iguales; si esto no es así, puede ser un signo de alarma.

“B” de borde. Si el borde de la lesión es irregular o «festoneado», sería otro signo de alarma.

“C” de color, normalmente los lunares benignos tienen un color homogéneo, como negro, azul o rojo, las lesiones malignas presentan varios colores.

“D” está relacionado al diámetro, cuando el lunar excede los 6 milímetros podría ser también un cáncer de piel.

“E” de evolución. Si detectamos que uno de nuestros lunares cambia, pica o se ulcera y/o sangra puede ser que se haya malignizado.

El Dr. León explicó que el desarrollo del cáncer de piel se puede prevenir si tomamos las medidas necesarias contra los rayos UV como son: el uso del bloqueador solar, lentes de sol, sombrero de ala ancha y el chequeo médico