Semana Santa extremo en Filipinas: entre crucifixión y sangrientos azotes
Mientras en el Perú la gente disfruta de un fin de semana con feriado largo decretado por el gobierno, Fiilipinas viven una tradición sangrienta, donde miles de devotos cristianos recorren kilómetros cargan la cruz, algunos se crucifican y exigen ser azotado imitando a Jesús rumbo al calvario.
Los ritos de Semana Santa se peculiares en varias ciudades de Filipinas, ubicado al sur del continente asiático, especialmente en la provincias de Pampanga y San Juan, donde se generan un gran número de procesiones con ocasión de recordarse la muerte y resurrección de Cristo.
El día más sangriento es el Viernes Santo, cuando los devotos de un país profundamente católico (se estima que el 80% profesan esta religión), se someten a la crucifixión, autoflagelación y penitencia por kilómetros intentando redimir algún pecado o agradecimiento por algún milagro.
El singular acto que se repara año tras año se convirtió en atractivo turístico, generando un gran movimiento comercial en varias ciudades del país, tanto que algunas agencias de viajes recomiendan reservar con anticipación por la baja disponibilidad de alojamientos en esta temporada.
La tradición en Manila, ciudad capital de Filipinas, inició en la década de 1950, se conoce que la primera crucifixión inició el año 1962, desde época se ha convertido en uno de los rituales religiosos más sangrientos, tanto que es condenado por el clero de la Iglesia católica y el gobierno.