Rusia acusa a Estados Unidos de sembrar las “armas químicas” en Siria
El presidente Vladimir Putin, tras la llegada del secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson a Rusia, dejó entrever que Norteamérica sembró las armas químicas (gas sarín) que el pasado 04 de abril terminaron con la vida de 84 personas además 545 intoxicados.
«Tenemos información de diferentes fuentes de que similares provocaciones, y no las puedo llamar de otra forma, se preparan en otras regiones de Siria incluidos los suburbios del sur de Damasco donde se planea lanzar ciertas sustancias y acusar de su uso a las autoridades legítimas sirias», dijo el presidente ruso.
Vladimir Putin pese a que sospecha de Estados Unidos pedirá una investigación sobre el ataque. «Tenemos intención de dirigirnos oficialmente a las correspondientes estructuras de la ONU en La Haya y llamar a la comunidad internacional a investigar detenidamente esos casos», afirmó en entrevista a medios internacionales.
Las declaraciones del presidente ruso, se dieron tras el arribo del representante de relaciones exteriores de Estados Unidos, Rex Tillerson, quien aterrizó hoy en el aeropuerto internacional de Vnukovo, en Moscú, con este mensaje: «Rusia debe elegir entre EE.UU. o Bashar al Assad».
El norteamericano que no fue recibido por Vladimir Putin, señaló: “Creo que merece la pena pensar si Rusia realmente se ha aliado con el régimen de Assad, los iraníes y Hezbollah. ¿Es esta una alianza a largo plazo que sirve a los intereses de Rusia o preferiría unirse a Estados Unidos, junto con otros países occidentales y de Medio Oriente para resolver la crisis en Siria?».
Como se sabe, tras el ataque de Estados Unidos a Siria el pasado 07 de abril, quedó claro el enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia; el primero apoya a los opositores incluso financiando armamentos, medicinas y experto militares; y Rusia hace lo propio con el gobierno de Bashar al Assad.
El interés de las superpotencias es el paso del gas por medio oriente además de sus reservas del preciado combustible; Siria es un lugar estratégico para la distribución de gas, y tanto Rusia como Estados juegan su futuro económico y a su afán expansionista.