Regreso del fascismo y los escritores

¿A qué se debe el silencio mortal de escritores hispano criollos frente al evidente avance y, posicionamiento del fascismo en el Perú? ¿Acaso las escritoras no forman una parte sustantiva de la inteligencia? ¿Por qué los medios han sido copados por intelectualoides que reciben órdenes de los patrones? ¿Hasta dónde y hasta cuándo es posible soportar tanta impostura, diatribas así como permanentes insultos y diaria agresión a la cultura peruana?

Willy Pinto Gamboa, periodista acucioso escribió el texto: “Fascismo y literatura”, que ahora sirve de referencia para conocer mejor el comportamiento de algunos escritores, que profesaron abiertamente o con bastante disimulo, el fascismo criollo. Fue el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro, que instaló el fascismo como doctrina del Estado Peruano.

Willy Pinto Gamboa señala: “La idea del fascismo como movimiento que supera al capitalismo y al socialismo, es para el pensamiento marxista la radicalizacíon de las tendencias de derecha, dentro de la contradicción capitalista, después de un intento revolucionario, tal es el caso de la victoria de Frente Popular en España en 1936, para el ascenso del franquismo. Hay que reiterar según lo manifestado muchas veces, que la desaparición de las tradicionales fundadores del fascismo, no supone de ninguna manera en la historia, el declive de esta vocación irracional”.

Durante el régimen irracional de Luis M. Sánchez Cerro o gobierno de la “zoocracia y canibalismo”, según la acertada denominación del periodista Federico More, el Perú se convirtió en una gran cárcel insoportable. Muchos intelectuales, poetas, narradores, periodistas y docentes fueron torturados, encarcelados. Algunos se exiliaron, si se quedaban en el Perú, serían asesinados. Pero al mismo tiempo, surgieron escritores que colaboraron en diarios adscritos al fascismo: Guillermo Hoyos Osores, Alfonso Tealdo Simi, Carlos Miró Quesada Laos “Garrotín”, José Fiansón, Raúl de Magaburu, Fernando A. Franco, Roberto Mac Lean Estenos, Víctor Andrés Belaunde, Arturo Montoya, Aurelio Miró Quesada Sosa, entre otros.

No obstante haber sido escrito el texto en prosa, sin embargo, posee un innegable tono elegíaco, es casi un poema en prosa. Se trata de una expresión entrañable de admiración a un criminal de guerra. Inhumano, despiadado y cruel como fue el general Emilio Mola, Aurelio Miró Quesada Sosa escribió: “Sobrio, grave, impasible, con un gesto un tanto displicente y una mirada escrutadora, tras de sus amplias gafas, el general Mola era el símbolo de la concentración y de la fuerza. Tenía todas las virtudes de los guerreros españoles. En la campaña de Marruecos su actuación fue verdaderamente descollante. Por el espíritu del general Mola, desde el sitio de honor en que lo han colocado la tragedia entre los manes de la lucha en España, no podía haber mejor homenaje que el paso triunfante de las tropas, que así había de decir él, como de la figura del Cid, que tanto amaba. ‘Supo ganar batallas hasta después de muerto”. (El Comercio, 4 de junio de 1937). 1

En junio de 1937 el general Emilio Mola Vidal, murió en un supuesto accidente. El avión cayó en una colina de lburgalesa (Alcocero). La razón del vuelo era ejecutar la ofensiva republicana de La Granja, por lo que insistió en trasladarse de Vitoria a Valladolid. Su discutida muerte favoreció al general Francisco Franco, al ser eliminado Mola como rival. Sin embargo, a pesar de las pruebas que se encontraron después, quedó comprobado que se trató de un sabotaje. De esa manera, Franco quedó al mando de las tropas fascistas españolas.

Cita Willy Pinto Gamboa el texto ‘Defensa y dominio de España’, cuyo autor es Alfonso Tealdo Simi quien dice: ‘Cien veces es preferible ser hombre esclavo de un pueblo libre que ser libre de un pueblo esclavo, piensan Mussolini e Hitler y así quieren con Franco para España’, votando con singular opción por la vía autoritaria. A tenor de este pronunciamiento ¿Cuáles son los personajes más señalados por la vocación intelectual totalitaria? Franco, Moscardo, Aranda, Millán Aranda”.

Pablo Macera escribió el prólogo de un libro esencial para conocer el comportamiento político de muchos intelectuales y escritores, de quienes sus biógrafos han pedido se olviden por tratarse de un hecho anecdótico. Pero no es así ni será nunca. Ahora vivimos un tiempo histórico en el que sino se condena al fascismo, es aceptarlo. Callar es como escribir a favor de una tendencia autoritaria, anti democrática, inhumana. Macera dijo: “Ojalá que este supuesto modo de ser nacional vaya cambiado y que aprendamos a ser más severos. El Perú debería practicar la irritación y la intransigencia. Lo digo al escribir este prólogo en enero de 1983. Algunos porque lo hicieron directamente y otros por omisión o por no haber hecho lo suficiente. Quizás esos ocho periodistas de 1983 empezaron a ser muertos cuarenta años antes. El día que fueron fusilados ocho marineros sin que después fueran castigados los responsables de esa matanza. En aquel momento el Perú se dividió en dos como hoy también está en peligro de ocurrir. En ambos casos la brecha fue abierta por la impunidad que a su vez solo es posible cuando nosotros, todos, como sociedad civil la toleramos”. 2

El imperante neoliberalismo tiene sin duda un contenido autoritario y deshumanizado. Con razón José Saramago dijo: “El fascismo es un fantasma que está de regreso. Habrá que ahorcarlo en una plaza pública”. ¿Y ahora qué dirán los escritores?

1.- Willy Pinto Gamboa. Sobre fascismo y literatura. Editorial Cibeles. Pág. 43 1983. Lima.

2.- Willy Pinto Gamboa. Sobre fascismo y literatura. Editorial Cibeles. Pág. 9. 1983. Lima.