Presidente de Rusia sale en defensa de Corea del Norte, tras lanzamiento de misil

Mientras los países del mundo condenan los ensayos nucleares con misiles balísticos de Corea del Norte, el gobierno ruso, que es presidido por Vladimir Putin, aunque también preocupado por el hecho, cree que es inaceptable estar elevando el conflicto más allá de donde actualmente se encuentra.

Putin, en efecto, advirtió que «intimidar (a Pyongyang) es inaceptable», dirigiéndose implícitamente a Washington (Estados Unidos), que está involucrado en una creciente escalada de tensiones con Corea del Norte por las pruebas nucleares y de misiles balísticos del país asiático.

En otro momento, expresó: «Quisiera confirmar que estamos categóricamente en contra de la expansión del club de Estados nucleares, incluso a través de la península coreana. Estamos en contra y lo consideramos contraproducente, perjudicial, peligroso».

Esto, porque el último lanzamiento de prueba de un misil balístico por parte de Corea del Norte impactó muy cerca de la frontera rusa, causando preocupación y alarma entre las autoridades de este último país. Consecuentemente, Rusia puso en alerta a su defensa antiaérea, aunque reconoció que el ensayo norcoreano no amenazó su seguridad territorial.

“Tenemos que entender que el territorio de Rusia no sólo no fue objeto de un ataque, sino que tampoco fue el lugar en el que impactó el misil. Pero para garantizar nuestra seguridad ante posibles incidentes, mantenemos en alerta para combate nuestra defensa antiaérea en el Lejano Oriente”, aseguró el domingo Víctor Ozerov, jefe del Comité de Defensa del Senado ruso, a medios locales.

En tanto, el embajador de Corea del Norte en China, Ji Jae-ryong, en una rueda de prensa en Pekín, insistió en que su país realizará «pruebas en cualquier momento y en cualquier lugar, de acuerdo con las decisiones tomadas por nuestro liderazgo central”.

Así las cosas, es evidente que comienzan a agriarse nuevamente las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, pues mientras el primero está conminando a los norcoreanos a desmantelar sus programas nucleares, el segundo insta a que no se le provoque más, pues la situación podría devenir en una guerra a gran escala.