PPK contesta a Kenji sobre indulto a Alberto Fujimori: «Yo no juego nada»
Con una respuesta breve pero contundente, el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, respondió a la invocación que le hiciera el legislador Kenji Fujimori respecto a su padre, quien hoy se encuentra recluido en el penal de la Diroes, condenado por delitos de lesa humanidad y corrupción.
«Yo no juego nada, yo no he dicho ninguna palabra», dijo el mandatario, tras ser consultado por las declaraciones de Kenji, quien en conferencia de prensa había pedido que no se juagara ping pong con la vida de su padre. «Yo, como hijo, no me voy a quedar de brazos cruzados. Voy a seguir luchando por la libertad de Alberto Fujimori», afirmó.
De esta forma, la discusión que ha surgido alrededor de la posibilidad de brindar un indulto humanitario a Alberto Fujimori (pues la figura de prisión domiciliaria, que planteaba en un proyecto de ley el parlamentario Roberto Vieira fue desestimada y archivada), ha adquirido nueva fuerza.
En este escenario, conviene recordar que la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, hermana mayor de Kenji, ha guardado absoluto silencio, quizás entendiendo -como sugieren diversos expertos y especialistas- que la liberación de su padre no le convendría políticamente, pues debilitaría su influencia en el país.
Por ejemplo, el historiador Joseph Dager, de la Universidad Ruiz de Montoya, anota que «con (Alberto) Fujimori fuera, el liderazgo de Keiko dentro del movimiento se debilitaría». «Pero hoy Kenji podría jugar una carta distinta. El padre en casa podría finalmente favorecer al que fue el engreído», sostiene.
El politólogo Fernando Tuesta, de la Universidad Católica (PUCP), en tanto, sobre todo lo que ocurre en tienda naranja, asevera: «El fujimorismo podría llegar a acuerdos cediendo en ciertos aspectos. No veo a Keiko y Alberto-Kenji con diferencias tan pronunciadas. Sería posible pero no fácil».
Como fuera, lo cierto es que el caso del expresidente Alberto Fujimori ahora está en manos de Kuczynski, quien debe analizar si indultarlo o no, como en su momento lo hiciera otro expresidente: Ollanta Humala, quien prefirió dejarlo encerrado.
A ello se suma la declaración que hizo, también después de la invocación de Kenji, la segunda vicepresidenta del país, Mercedes Aráoz: «No queremos ni deseamos entrar en un ping pong, como Kenji Fujimori lo ha llamado. Comparto su preocupación, esto no es un juego, sino un tema serio».
De esta forma, un fujimorismo aparentemente separado (los que siguen a Keiko y los que siguen a Kenji), continúa presionando al Ejecutivo de liberar a su líder histórico.