Peruanas demuestran liderazgo en empresas de Estados Unidos
Las hermanas Nancy y Carolyn Andía Barrientos son ingenieras peruanas que viven en Nueva Jersey, Estados Unidos, desde hace 15 años y de visita en el Perú están demostrando que las féminas no tienen límites para ser profesionales competentes y que los hijos de este país de todas las sangres pueden aportar al crecimiento de empresas líderes en el mercado internacional.
Nancy tiene 27 años, es ingeniera de Sistemas y actualmente labora en el área de Tecnología Global para Suministros de la empresa Johnsonn & Johnsonn. Es la responsable de diseñar aplicaciones para asegurar que los productos de la compañía sean transportados sin ningún riesgo hacia sus mercados en otros países. En los próximos meses implementarán el sistema en México, Colombia y Brasil.
Carolyn, dos años menor que su hermana, es en cambio ingeniera de Control de Sistemas y aplica sus conocimientos al área de Calidad de la UTC Ingeniería Aeroespacial, una empresa que elabora productos como trajes para viajar en el espacio, cámaras infra red o sensores para aviones o satélites que se usan para operaciones de guerra y que sirven para detectar al enemigo en la oscuridad.
“Nosotras queremos demostrar que no hay barreras para las mujeres. Hoy en día, muchas profesiones no son solo para varones. Las mujeres podemos participar en todas las áreas de trabajo y profesionales que deseemos”, comentó Carolyn a la agencia Andina luego de ofrecer una conferencia ante las alumnas del colegio Mercedes Cabello.
CORAZÓN PERUANO
Los primeros años en Nueva Jersey no fueron sencillos para estas hermanas. Sus padres, él nacido en Huanta, Ayacucho, y ella en Piura, dejaron su historia y familia de origen para migrar y buscar mejores horizontes económicos y profesionales para sus dos hijas.
Nancy y Carolyn tenían tan solo 12 y 10 años, respectivamente, cuando dejaron su casa de Santa Rosa en el Callao y no entendían las urgencias del progreso. Vivieron los sinsabores de las distancias físicas, felizmente, sin afectar sus corazones. Fue en el 2002 y las redes sociales aún no aparecían para acortar las distancias físicas entre las personas.
Ellas se acercaron a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, tal vez porque su mamá se formó como ingeniera industrial en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Postularon e ingresaron a una academia especializada en esas materias, fueron las mejores alumnas y las más activas promotoras de esas disciplinas entre sus compañeros.
SOCIEDAD DE EMPRENDIMIENTO
Nancy y Carolyn estudiaron en la universidad pública de Rutgers donde la inversión en educación es de $24,000 dólares la carrera. Gracias a becas y préstamos culminaron cada una, con nota sobresaliente, sus profesiones. El impulso para hacerlo, reconocen las dos, fue observar el sacrificio que hicieron sus padres para ofrecerles esas experiencias formadoras que posiblemente en el Perú, no la iban a tener.
En agradecimiento a esa entrega filial, y al reconocimiento de que, sin liderazgo y conocimiento profesional no se crece como ser humano, parte de su tiempo lo dedican a ayudar a personas que tienen dificultades en insertarse al mercado laboral por no saber inglés.
“Les decimos que no todo es fácil, que hay que seguir adelante, que se sientan orgullosos de sus familias, que no sientan vergüenza de que sus padres realizan trabajos domésticos porque lo hacen para que ellos salgan adelante”, cuenta Carolyn.
Estas dos hermanas, arrulladas en su infancia por la guitarra huantina de su padre, tienen el alma sensible y el agradecimiento como palabra frecuente, por eso también forman parte de la Sociedad de Ingenieros Hispanos.
Desde allí promueven el desarrollo académico, profesional, de liderazgo y servicio a la comunidad entre los jóvenes hispanos para que vean en la ciencia, tecnología y matemáticas con cariño, sin miedo.
Ellas estuvieron ante un grupo de estudiantes de la UNI y de escolares del colegio de mujeres Mercedes Cabello, compartiendo su experiencia de vida. Hablaron de sus dificultades y desafíos. Y dejaron como mensajes que el esfuerzo y los retos abren las puertas del éxito a las mujeres peruanas.