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Perú: situación coyuntural y perspectiva

Actualizado: 28 septiembre, 2022

Milcíades Ruiz

Mientras la guerra por la hegemonía mundial nos arrastra negativamente, nuestro país afronta una situación de recesión económica, inflación, vampirismo de inversión extranjera, crisis política, corrupción, impunidad, desempleo, inmigración nociva, delincuencia común y gubernativa, mediocridad y componenda política, caída del PBI, delitos políticos contra la fe pública, trafico de influencias, nepotismo, manipulación mediática, ineptitud estatal, baja inversión pública y privada, mal uso del dinero público, pasividad popular, y otros males.

PUEBLO QUE NO LUCHA, ACEPTA SU OPRESIÓN

Es costumbre echarle la culpa a otros, de todo lo que nos pasa, cuando en realidad, la culpa es nuestra de una, u otra manera. “El que calla otorga” y, si no hacemos nada por impedir las malas decisiones gubernamentales, seguiremos sufriendo las consecuencias. Las lamentaciones, no son solución. Si la derecha crece, es porque la izquierda decrece. Es la norma dialéctica. Echarle la culpa a la derecha, de lo que genera nuestra conducta política, es irracional.

También, EE UU y su férula europea, le echan la culpa a Rusia por los padecimientos que sufren, como escazes de suministros, inflación, recesión que, sus propias represalias han ocasionado, en su estrategia de efecto contrario. Pese a que no da el resultado esperado, se persiste, esperanzado en cálculos improbables. Nada impedirá el nuevo orden mundial, por cambio en la correlación de fuerzas.

Lo malo es que, la decadente hegemonía occidental se aferra a su pasado y toma decisiones que afectan a países como el nuestro que está subordinado a sus mandatos. EE UU prolonga la guerra en Ucrania, ocasionando pérdidas gigantescas para todos sus aliados. Pero todo tiene un límite y si la factura crece sin compensensación, entonces, habrá desmoralización y deserciones de países comprometidos.

El tiempo, juega a favor de Rusia en este enfrentamiento bélico. No se puede evitar que el planeta gire y cada vez está más cerca el invierno en el hemisferio norte. Ya hay desesperación en Europa por lo que pueda pasar, si el conflicto no se detiene. Las dificultades derivadas de la guerra, se acrecientan y están creando malestar social como también, inestabilidad política.

Lo que nos dice la historia es que el invierno siempre ha sido el mejor aliado de Rusia en todas las guerras. El invencible Napoleón lo sufrió horriblemente, tras la primera guerra mundial surgió la revolución bolchevique que implantó el socialismo soviético. En la segunda guerra mundial el invierno fue fatal para Hitler, marcando su derrota y la expansión bolchevique a gran parte de europa.

Esta vez, ya hay una serie de bancos centrales de todo el mundo que están subiendo las tasas de interés tratando de combatir la inflación a costa de perder renta nacional. El nuestro también ha llegado a una tasa referencial de 6.75% desde que estaba en 0.25%. Los mercados mundiales de inversiones van a la baja, y cuando arrecie el invierno, en Europa, los desastres naturales crearán otros problemas adicionales. Todo esto entra entre los cálculos estratégicos.

A través de la historia, nadie ha podido derrotar a Rusia como ha ocurrido con los reinados de Europa, sometidos hasta por los bárbaros. Como podemos apreciar en el mapa geográfico, Rusia capitalista es mucho más grande que toda Europa. Es el país más grande del mundo y tiene todos los recursos naturales para su autosostenimeinto sin tener que depender de otro país.

En esta perspectiva, en la que, no teniendo acceso al manejo de las condiciones mundiales, solo nos queda presionar para que nuestro país, tenga una posición soberana, independiente y defensora de los intereses del pueblo. La carestía del suministro de fertilizantes no solo afecta el erario nacional y el bolsillo de los agricultores peruanos, sino también, cargamos con la inflación importada, en desmedro de los consumidores de alimentos.

Según Agrodata, a agosto del 2022 las importaciones agropecuarias alcanzan los U$ 4,52 millones con un incremento del 28% con respecto al 2021 a pesar de que las cantidades son menores. Los precios se elevaron de U$ 0.52 kilo promedio a los U$ 0.64 kilo. El precio del trigo importado sigue subiendo. La producción nacional sigue cayendo.

Hemos dejado atrás el invierno y nos adentramos a la estación de primavera que es el mes de las primeras siembras para las cosechas del 2023. De esto, depende nuestra seguridad alimentaria del año siguiente. Los fertilizantes ofrecidos por el gobierno hace cuatro meses mediante “Decreto de “urgencia” no llegan al campesinado, y el clima no espera . En cambio la subvención a los partidos políticos es inmediata.

Las señas climáticas tampoco son buenas. Los organismos especializados advierten un enfriamiento de la superficie del mar, en toda nuestra costa, que se prolongará hasta el próximo año (Fenómeno “la Niña”). No habrá evaporación suficiente para la formación de nubes lluviosas. Si las lluvias no llegan oportunamente, no habrá agua, ni producción agraria suficiente para el 2023, en que la recesión mundial será más aguda.

Estamos pues en una situación en que las condiciones económicas se están deteriorando, tanto como las condiciones políticas. No solamente el campesinado, que es el  sector social mayoritario del país, verán reducir sus ingresos, sino también toda la cadena de los circuitos productivos. Productores, acopiadores, transportistas, comerciantes, agroindustriales, etc.

Las condiciones de vida de todos los sectores estatales serán afectados. Si la administración gubernamental no toma las precausiones para afrontar lo que se viene, el descontento social se irá agudizando. El presupuesto público tendrá que reajustarse para proteger a los más indefensos. Pero no podemos esperar a que lo haga, ni confiamos en su racionalidad. Tenemos que tomar nuestras propias precausiones familiares y prepararnos para la lucha.

No esperemos que el gobierno decida por nosotros. Tenemos que actuar antes de que sea demasiado tarde. La dominación avanzará si no hay resistencia. Resistir y luchar para hacer retroceder la dominación es el camino a la justicia social. O no. Ustedes, ¿Que dicen?


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