Perú: la marcha de los limones
El precio de los limones está en el ojo de la tormenta inflacionaria. No había sucedido antes, pero esta vez, concurren dos factores que desabastecen el mercado: El calendario de cosechas está en su más bajo nivel y, pese a ello, hay un aumento descontrolado de su exportación. Si los limones se marchan al extranjero, corresponde al gobierno limitar la salida, para moderar inflación.
Este asunto, ocurre circunstancialmente en otros países, en cuyo caso se toman medidas para equilibrar el abastecimiento. Sucedió en Argentina, en mayo del 2021, en que el gobierno tuvo que suspender por 30 días la exportación de carne, un rubro fundamental de su economía. El presidente, Alberto Fernández dijo «Lo que tenemos que hacer es volver a poner el precio de la carne en sintonía con la capacidad de comprar de un argentino, no con la capacidad de compra de quien exporta del exterior».
En nuestro caso, no se trata de prohibir totalmente la exportación de limón, aceite de limón, cáscara de limón y otros derivados, pero sí, de limitarla por emergencia temporal, a fin de evitar el desabastecimiento interno y mayor inflación. Lo ideal sería exportar solo el excedente, pero por lo menos graduarla hasta donde sea posible, ya que la medida afecta a los productores campesinos y, a la cadena exportadora.
La variedad que más se cultiva en el Perú, es la Tahití. Pero según reporte de Fresh Fruit, hasta julio de este año las exportaciones de limón, alcanzaron las 20,739 toneladas y en esa misma cantidad disminuyó el abastecimiento al mercado interno. Las exportaciones crecieron + 31% en volumen y 21% en valor comparado a lo registrado en igual periodo de 2022.
El principal destino del limón Tahití peruano fue los Estados Unidos, con 9.317 toneladas por un valor de US$ 11 millones. Esto significó un crecimiento de más del +66% en volumen y +36% en el valor. Pero esto significa que ellos resuelven su problema de abastecimiento a costa de nuestros bolsillos, pues tenemos que pagar mayores precios.
Entonces pues, hay razones que explican la situación actual del abastecimiento de limón a nuestros hogares, pero quienes deciden se hacen los desentendidos y sospechosamente, miran a otro lado o, no quieren saber dónde está el problema. Pero esto que sucede con el limón, ocurre también con otros alimentos y la inflación sube como espuma.
A mayor inflación mayor es la delincuencia por necesidad, y lo que pasa con el limón, pasa también en otros aspectos de la vida nacional y todos vemos que los problemas sociales aumentan, sin que nadie proteste. Este año, no habrá crecimiento económico pero el presupuesto del gobierno es mayor que el del año pasado y por ello, deficitario. ¿A cuenta de quiénes? Pues, a cuenta del IGV que lo pagamos todos.
Somos permisivos y dejamos hacer, dejamos pasar. Solamente actuamos por desesperación y lo que recibimos es represión. Pero esto, ya es de toda la vida. Acudir al muro de los lamentos. Los opresores nos tienen bajo control y si no actuamos, seguiremos en lo mismo. Construir poder popular es una necesidad.