Domingo, 24 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

Paro empresarial

Actualizado: 7 abril, 2022

Milcíades Ruiz

Los políticos perversos que participan del bloqueo de alimentos contra Cuba, afectando a millones de niños inocentes, y apoyan el sabotaje económico contra Rusia que invadió Ucrania, lamentan ahora el alto precio de los alimentos y demás. ¿Qué sería, si tuviésemos que padecer las sanciones que sufre Venezuela por no someterse al amo continental? Pero aún sometidos, la carestía que hoy sufrimos, es consecuencia de las decisiones que toma nuestro amo imperialista. ¿Cómo se explica esto?

Ningún país sometido, tiene soberanía alimentaria y cualquiera que se rebele, será sancionado ejemplarmente para que nadie más se atreva. La gente protesta, pero no entiende que la globalización nos castiga, aunque las sanciones sean contra los enemigos del máximo patrón al que servimos. Es que los mecanismos de la estructura de dominación tienen un engranaje de interdependencia, que nos involucra. Ya está claro que, EE UU es el que maneja Ucrania por encima de la soberanía de este país.

Las sanciones económicas, políticas y más, ordenadas por EE UU y la UE, contra Rusia vienen ocasionando una serie de desbarajustes en la estructura comercial. Hay muchas averías en los flujos de abastecimiento, como es el caso de combustibles y los alimentos, encarecidos por los bloqueos, riesgos y prevenciones. Todo lo que funciona con hidrocarburos y derivados, tienen los costos y precios alterados, generando desajustes en todos los productos. Pero también en la comercialización, como es el caso del transporte intercontinental y terrestre.

Solo sancionan los organismos sociales que tienen la atribución de administrar justicia. Cualquier otro que no tenga esta facultad, comete arbitrariedad y, por consiguiente, carece de validez. Entonces, ¿Con qué derecho, lo hace EE UU y la Unión Europea? ¿Tienen derecho de obligar a otros países, a secundarlos? ¿No es esto, totalitarismo global? ¿No es esto, terrorismo hegemónico?

Sin embargo, este no es el enfoque de los medios periodísticos locales a través de los cuales las grandes corporaciones empresariales globalizadas de occidente, manejan la opinión pública internacional. Como quiera que no hay otra alternativa informativa, el totalitarismo mediático impacta nuestro cerebro haciéndonos pensar y actuar a conveniencia del poder que nos oprime. La opinión pública está condicionada por el bloqueo que impide ver a los verdaderos culpables de la inflación globalizada.

Con este acondicionamiento, la gente no entiende las causas del incremento de precios por efecto global. Al no conocer los mecanismos de la globalización, se estrella contra las autoridades más cercanas culpándolas de la inflación internacional. Estando la derecha, empeñada en destruir la gestión gubernamental de Pedro Castillo, la inflación es aprovechada para sus fines. Y claro, los medios parcializados con la oposición atizan el desconcierto para estimular el descontento.

Entonces, el paro con bloqueo vial, promovido por los empresarios del sector transporte podría estar en concordancia con la estrategia de la oposición, como ha sucedido en otros países, donde la CIA y la AID, han financiado las acciones desestabilizadoras. No es un paro de trabajadores, sino un paro de grandes capitalistas de las empresas de transporte de carga. Los interesados en mantener los márgenes de rentabilidad empresarial pidiendo subsidios para bajar costos no son los proletarios choferes. La mayoría de las unidades del transporte de carga son de marca Volvo de varios ejes y alta inversión.

Los beneficiarios de la eliminación del impuesto selectivo al consumo de combustibles (ISC), no serán los trabadores asalariados. Tampoco el pueblo, como lo afirma el presidente Castillo creyendo que con eso bajarán los precios. Felices los señoritos de la aristocracia y dueños de vehículos particulares que serán beneficiados gratuitamente, con la exoneración de pago del ISC. La inflación globalizada nos afecta a todos. No es justo que se privilegie ayudando solo al sector pudiente.

El negocio del transporte ha tenido un gran auge en estos últimos años, apareciendo gran número de empresas gananciosas. Pero como todo negocio, florecen cuando hay buenas condiciones y decaen en caso contrario. Esto es lo que no quieren reconocer los empresarios huelguistas y quieren ser inmunes a la crisis a costa del erario nacional, quitándole recursos que obligan a recortar presupuestos a otros fines nacionales.

Según estudios de la Corporación Andina de Fomento- CAF, sobre el sector transporte del Perú: El costo promedio del peaje ha sido inferior a la décima parte de los beneficios obtenidos por los transportistas y casi una tercera parte de los recursos de conservación vial necesarios. En la mayoría de los casos la incidencia del peaje es inferior al 10% de los beneficios obtenidos por los vehículos, siendo el valor máximo de 15,4%, que corresponde a la Ruta Lima -La Oroya.

(…) “En conclusión, se demuestra que la sociedad, a través de la Infraestructura vial, viene transfiriendo ingentes recursos a los usuarios de las carreteras, los cuales, por una equivocada política de tarifas, no retribuyen ni siquiera lo mínimo indispensable para garantizar el mantenimiento”. Esto se debió, fundamentalmente, al ingreso masivo de unidades de transportes, muchas de ellas importadas de segunda mano o siniestradas. Sólo el 30% del total de unidades de transporte de carga pertenecen a empresas formales. El resto operan eludiendo impuestos y obligaciones y con subcontratos de empleo informales”.

Dentro de este grupo se cuenta con un total de 161 empresas propietarias de una flota de 2,601 unidades vehiculares. Estas empresas brindan sus servicios principalmente desde Lima, Arequipa y Tacna como ciudades base, y cubren al menos alguno de los países del Cono Sur, como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay”. Esto es lo que dice dicho organismo internacional. pero los empresarios quieren que no se les cobre peaje.

El asunto es que, el objetivo de esta movida política no es la defensa de los intereses del pueblo del llano, como se pretende hacer creer. La puntería está dirigida a traerse abajo la gestión de Castillo, a la buena o, a la mala. De modo que, los angelitos que salen a marchar, bloquear carreteras, causar destrozos, pillaje y caos, tienen ese fin político. Por eso, desconocen los acuerdos ya firmados. Los agrarios que se han sumado al paro, ni cuenta se dan que están siendo utilizados, aunque muchos de ellos son también, falsos representantes.

No es casualidad que la prensa parcializada con la oposición, esté participando de esta estrategia desestabilizadora, haciendo una cobertura espectacular del paro de las empresas de transporte y algunos columnistas llamen a salir a las calles. Azuzan el conflicto y dan manizuela a todo aquello que haga quedar mal al gobierno de Castillo. Con todo este barullo, han obligado que ministros viajen al terreno de los revoltosos y lo mismo, quien hacer con el presidente, que parece estar “con el rabo entre las piernas” (disculpen la expresión).

Al opinar de esta manera, dejo en claro que no lo hago por defender la administración de Castillo, cuyos desaciertos seguiré señalando, sino por advertir una jugada ya conocida en Latinoamérica. Puedo estar equivocado, pero al menos digo algo. Cómo quisiera que los líderes de las organizaciones de izquierda que se reunieron pomposamente el 27 del mes pasado dijeran algo al respecto.

No se puede fortalecer al movimiento popular peruano quedándose callados. Salvo que los cantos de unidad solo sea mero formalismo. Una palabra de aliento para mantener la fe, siempre es buena. ¿Ustedes qué dicen?


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