Nuevo presidente de Francia: ni izquierda ni derecha, un antisistema
Emmanuel Macron, que fundó hace poco más de un año el movimiento centrista ¡En Marcha!, ha obtenido el 66,06% con el 100% del voto escrutado, convirtiéndose así en el nuevo presidente de Francia, a la vez de derrotar a Marine Le Pen, del Frente Nacional, que logró el 33,94% de los votos.
Para responder a ciertas preguntas políticas, que lo pueden definir a uno como de izquierda o de derecha, el electo presidente asegura que solamente “se necesita ser francés”. Esto, aunque lo parezca, no es un signo nacionalista, sino antisistema.
«Refundar desde abajo, de manera sincera, auténtica, verdadera. La idea de este movimiento político es una dinámica: ante el bloque de la sociedad, intentar avanzar», dijo Macron en campaña (¿les recuerda a Ollanta Humala?).
De 39 años, graduado en filosofía por la Universidad de París-Nanterre, e inspector de finanzas por la Escuela Nacional de Administración, politólogo y economista, Macron es hoy el presidente más joven de Francia, un “proeuropeo”, como lo han definido los analistas internacionales.
Ellos, también, aseguran que su éxito en la campaña electoral de su país se debe a que no fue visto como parte de las élites francesas, que sus adversarios políticos quisieron endosarle –debido a su pasado académico–, sino porque supo realzar su imagen como un disidente del establishment.
Como consecuencia de ello, logró algo histórico: pasar de ser prácticamente un desconocido a presidente de la República francesa. Y es que nadie lo vio venir. Jamás ningún candidato presidencial francés pudo construir su poder tan rápido, tan fuerte, de manera más desideologizada y con un discurso de optimismo, positivo.
Macron jamás había sido elegido por el pueblo para ninguno de sus cargos. Antes bien, comenzó una carrera de banquero en el sector privado, para luego convertirse en consejero financiero del presidente de la República, una función de la administración pública.
Debido a esto último, que parece incompatible, muchos analistas lo ven como un hombre complejo y con varios rostros, mientras él mismo se califica de hombre de izquierda pero con una visión liberal. Para la mayoría de los franceses, sin embargo, Emmanuel Macron sigue siendo una incógnita.
Lo único cierto es que, durante estos comicios, Macron fue el ‘outsider’ de la campaña, como lo fue en su momento el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El factor común en ambos, como dice el analista Alfredo Torres, es que las poblaciones comienzan a rechazar a los políticos tradicionales y demandan una renovación.