Jueves, 21 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

Los efectos de la guerra Rusia-Ucrania: paro indefinido mundial

Actualizado: 17 julio, 2022

Milcíades Ruiz

Mientras la manipulación mediática concentra nuestra atención, con noticias de su conveniencia, pasa desapercibida la alerta de nubes oscuras en el horizonte económico, que presagian una recesión global. Enterados los grandes capitalistas, ya están tomando medidas para proteger sus intereses. Los indefensos, se enterarán cuando el derrumbe los aplaste. Lo explico.

Nos ha tocado vivir, un momento histórico del desarrollo capitalista en que las potencias económicas se disputan el planeta, tratando de llevarse la mejor parte. El poderío económico de cada una de estas, depende de las fuentes de riqueza que captan para alimentar sus economías. Pero el mundo es uno solo, y lo que se captura, es en desmedro de los otros. Allí está la raíz del enfrentamiento mundial en torno a la invasión rusa a Ucrania. 

Nosotros estamos bajo el dominio de EE UU y lo que afecte a esta potencia económica, nos afectará y pagaremos las consecuencias. En la disputa por territorios económicos, se ha llegado a una guerra total, que va más allá de los campos de batalla, más allá de lo militar. Es la guerra económica, en la que una represalia financiera, puede causar más daño al enemigo que, un bombardeo aéreo.

Sin embargo, los estrategas no tomaron en cuenta que no hay acción sin reacción y, puede haber reacciones de efecto contrario, si las partes están interconectadas. Los efectos secundarios pueden ser fatales, como sucede con la cortisona que, mal aplicada resulta siendo peor que la enfermedad. Es así como, el bloqueo indiscriminado a Rusia, ha repercutido en la globalización, y el tiro les ha salido por la culata.

Ahora los saboteadores se encuentran luchando contra el incendio que provocaron. Hay una inflación incontenible en EE UU y, Europa, principales gestores de las represalias anti rusas. Eso desalienta las expectativas de los negocios (Proyectos de inversión) y de consumo, porque el riesgo es alto, lo cual hace disminuir el ritmo económico y los cálculos se proyecten a la baja, 

Si los grandes motores de la economía mundial, reducen su ritmo, todos los motores secundarios interconectados también perderán velocidad. Es decir, en todos los países subordinados habrá menos crecimiento, bajarán los ingresos en los negocios, habrá menos ingresos fiscales y familiares, menos empleo, más delincuencia y, mayores demandas salariales. Si los productos que importamos tienen precios inflacionarios, lo que hacemos es importar inflación, encareciendo el mercado interno.

Al respecto, veamos lo que reportan algunos medios:

El producto interno bruto (PIB de EE UU) real disminuyó a una tasa anual del 1,6 por ciento en el primer trimestre de 2022, (…). La disminución del PIB real reflejó disminuciones en las exportaciones, el gasto del gobierno federal, la inversión en inventarios privados y el gasto de los gobiernos estatales y locales, mientras que las importaciones, que son una sustracción en el cálculo del PIB, aumentaron” (Fuente: web oficial del gobierno de EE UU. 29 junio de 2022. https://www.bea.gov/sites/default/files/2022-06/gdp1q22_3rd.pdf)

Así también, el banco de la Reserva Federal de Atlanta pronosticó que la economía de EE.UU. se podría contraer en un 2,1 % durante el trimestre de abril a junio de este año, lo cual, se ajusta a la definición técnica de recesión. En tanto que, el director global de inversiones de renta fija de PIMCO, Andrew Balls, aseguró que, “es más probable que improbable» que Estados Unidos experimente una recesión en los próximos 12 meses. Incluso dijo que, también Europa, entrará en recesión económica, con posibilidad de que sea aún más fuerte que la de EE.UU. 

Por su parte, la jefa del Banco Mundial, Carmen Reinhart, se mostró escéptica sobre la posibilidad de que la economía estadounidense y la mundial, puedan evitar una recesión, habida cuenta del aumento de la inflación, las fuertes subidas de tasas de interés y la ralentización del crecimiento en China, puntualizando la escalada de las sanciones relacionadas con la operación militar de Rusia en Ucrania.

También el economista jefe de la firma japonesa de corretaje Nomura Holdings, Rob Subbaraman, dedujo que, varias de las principales economías del mundo entrarán en recesión en los próximos 12 meses a medida que los bancos centrales tomen medidas para endurecer la política monetaria en un intento por combatir el aumento de la inflación, 

Para nuestra región, la CEPAL en sus proyecciones del mes pasado nos mostraba la evolución económica en lo que va del siglo actual.

También, las proyecciones de nuestras economías.

En nuestro país, el Banco Central de Reserva ha emitido su Reporte de inflación a junio 2022, proyectando la alta inflación que ya supera el 8% y la caída de ingresos fiscales.

Bueno pues, esta es la situación y tenemos que actuar antes que sea tarde. Es preferible prevenir que lamentar. El 20% de nuestras importaciones provienen de EE UU, tanto en materia prima para la producción industrial, como en alimentos básicos. En Sudamérica, el Perú es el tercero entre los países que más le compra a EE UU, después de Chile y Colombia, según la USDA FAS Office of Agricultural Affairs.

El próximo mes deberá remitirse al Parlamento, el proyecto de presupuesto general 2023, y ojalá tenga una perspectiva estratégica realista, tomando en consideración la situación descrita. Nuevas políticas son de urgencia, para contrarrestar el impacto recesivo que se prolongará más allá del 2024. Igualmente, cada uno de nosotros tenemos que tomar medidas preventivas, guardando pan para mayo.

Ya hemos pasado por varias crisis económicas. No cometamos los mismos errores. La crisis de 1929 provocó un derrumbe de los precios de casi todas las materias primas, mineras y agrarias. Los ingresos fiscales entre 1929 y 1932; se redujeron a la tercera parte. Solo se pudo recuperar el nivel anterior tras 25 años. (Fuente: La crisis mundial de 1929 y la economía peruana. Carlos Contreras Carranza- BCR/ IEP)

Lo principal es la sustitución de las importaciones alimentarias. Hay alternativas para cambiar hábitos de consumo que son inconvenientes para el país. El pollo barato destruye nuestros bosques y nuestras divisas. Pero también, hay consecuencias en nuestro organismo. Comparen la fortaleza de nuestros futbolistas alimentados con pollo industrial, con la musculatura de los uruguayos alimentados con carne de res. 

O mejor, comparemos la contextura de los peruanos de hoy, con la de los constructores de Machu Picchu, sin tener grúas ni ruedas, con solo alimentos originarios. No solo de pan vive el hombre. Tampoco solo de pollo. Los precios bajan si dejamos de comprar. La lucha social, es también contra los que enriquecen a costa de desplazar a los alimentos nativos. Salvo mejor parecer.


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