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Libro de oro en el Bicentenario de Vilquechico

Actualizado: 8 agosto, 2022

Guillermo Vásquez Cuentas

A mi dilecto y antiguo amigo José Luis Ayala vaya mi profundo agradecimiento por haberme hecho llegar, con su acostumbrada generosidad, y como obsequio, el “Libro de oro en el Bicentenario de Vilquechico”, editado y publicado por la Municipalidad Distrital de ese pueblo que tantos hechos memorables tiene registrados en la historia de los Omasuyos, sector oriental de las tierras adyacentes al gran Titikaka.

Adelanto mi conclusión general, aunque tal vez apresurada -debido a una primera pero detallada revisión- del contenido del volumen, señalando que de las 558 páginas que lo integran emana con fuerza ostensible el espíritu identitario de los aimaras orgullosos de sus tradiciones; lo cual va de la mano con el amor extraordinario por ese hermoso paraje collavino de quienes decidieron, impulsaron, participaron, colaboraron con la auspiciosa publicación de esta obra.

Junto con esa anticipada opinión, no puede dejar de decirse algo sobre algunas partes del contenido del libro que a nuestro muy modesto juicio merecen ser mencionadas.

En sus primeros términos el libro contiene un tratamiento poco conocido, especial e ilustrativo, de la toponimia de Vilquechico.

En esa primera parte brilla la sinopsis histórica que, con la solvencia a que nos tiene acostumbrados, corre a cargo de Victor Calsin Anco. A nuestro juicio se trata de una excelente introducción a la historia de Vilquechico que es tratada con mayor amplitud en la Tercera Parte y en la Cuarta Parte, creo que ambas de la autoría de Leoncio Mamani Coaquira.

Los datos e informaciones sobre la geografía, la organización política y la economía del ámbito distrital aparecen en la Segunda, Quinta y Sexta Partes, en todas con un nivel de profundidad medio pero suficiente para el conocimiento de la realidad de Vilquechico.

La dimensión social de esa realidad es abordada en la Séptima Parte: Costumbres y Tradiciones, en la Octava Parte: Conjuntos Folklóricos (propiamente arte coreográfico popular), Novena Parte: Educación y Principales Instituciones; Décima Parte: Deportes; Decimoprimera Parte: Religiosidad y Festividades; y, Decimosegunda Parte: Turismo.

Parte muy especial y sugerente, además de justiciera, es la Decimotercera Parte dedica a “Personajes”. Una entrevista a un vilquechiqueño, indagatoria sobre la vida y obra de Carlos More, destacadísimo hijo de ese pueblo, realizada por José Luis Ayala con maestría de sabueso cultural, abre esta última Parte. Por lo demás, bajo la pluma de Miguel Paucar Apaza, César Condori Condori, aparecen mini biografías de gente destacada del lugar: Lucas Castillo Luque, Luis Quinto Condori, Rafael Condori Mamani, Alexis Céspedes Quispe, Victor Quispe Luque, Benito Mamani Condori, Maximo Santander Rojas, Florencio Palero Condori, Aurelio Choquehuanca condori, Wilson Huancapaza Canaza, Elvis Capia, Elio Machaca Villalba.

La parte final del libro está dedicada a presentar “Poemas y Canciones” de diversos autores, nativos y foráneos vinculados en distintas formas con el pueblo vilquechiqueño.

Ya en el final, bajo el epígrafe “El otro rostro de la historia” se insertan artículos y ensayos cortos sobre Vilquechico y sobre las personalidades naturales de ese pueblo. Destacan los trabajos dedicados a Carlos More Barrionuevo; los escritos de José Portugal Catacora sobre “La Colonia Indígena de Trabajo Colectivo de Vilquechico, 1943-1948”; (dos ensayos cortos con el mismo titulo); de José Luis Ayala: “Vilquechico en el Corazón y la Memoria” y “Carlos More, Amigo de César Vallejo”.

Se incluye también como “Anexo” varios artículos todos interesantísimos de Hernán Amat Olazabal: “Visión Histórica de Puno: el valioso legado del tiempo prehispánico”; “Del esplendor de Tiwanaco a los reinos altiplánicos, 1,200 a 1,450 d.C”; “La Agricultura y los camellones”, “Síntesis histórica de Puno y su entorno. El altiplano del Collao”; “El Lago Titicaca”.  Mientras, Hernan Cornejo Velásquez, trata un tema de su especialidad: “Cocina Aymara”.

No se puede dejar de decir que este esfuerzo de la Municipalidad Distrital de Vilquechico, debería ser imitado por todas las municipalidades del departamento puneño. Si esa aspiración llegara a instrumentarse con el tiempo, tendríamos en nuestra tierra puneña las posibilidades documentales para un conocimiento cabal, total y completo de nuestro pasado presente y futuro, digno de dejar como legado a quienes han de seguirnos.

Vaya mi más cálida y puneñista felicitación al alcalde y concejeros de la Municipalidad Distrital de Vilquechico.


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