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LA QUINUA, EL GRANO SAGRADO DE LOS INCAS [Opinión]

Actualizado: 5 abril, 2017

Fuster Alfredo

Existen varios colores de granos de quinua. | Foto: Difusión.

Hablar de la quinua es vital, el grano sagrado de los incas representa el alimento más importante en los andes y el altiplano de nuestro país; no solo por sus altos contenidos nutritivos también por su trascendencia en la historia y el desarrollo de nuestras culturas.

La aparición de este grano es explicado por los pobladores aymaras de Puno, en mitos. Uno de esos relatos míticos explica, que en tiempos antiguos, donde la sequía castigaba con hambre al hombre aymara, fue enviada al «aka pacha» (espacio terrenal) una princesa llamada Jiura, hija del dios Mallku, para enseñar a los hombres y mujeres a sembrar; Ella les otorgó el grano de quinua a las mujeres y hombres, enseñándoles a cultivarla y alimentarse de ello, enseñanza que las personas de ese tiempo asumieron y lograron sobrevivir. Desde ese entonces el grano salvador del hambre, fue bautizado con nombre de aquella doncella llamada Jiura, es por eso que este grano, sagrado para nuestros antepasados, se cultiva principalmente en Puno.

Es preciso mencionar que existen varios colores de granos de quinua y cada una determina su grado nutricional de acuerdo a las condiciones donde crece, otras como la quinua negra, por ejemplo, soporta un clima más frígido de lo habitual.

Los procesos a seguir para la cosecha son determinados de acuerdo a su tamaño y coposidad; duran unos 6 meses aproximadamente en estar listas para la cosecha, motivo que proporciona de alegría a los pobladores, en especial al dueño de la parcela donde esta se sembró.

La cosecha inicia con un pago a la santa tierra, seguido de la invocación a los cerros tutelares; posteriormente se realiza la actividad con el cegado de los tallos para luego colocarlos en posición vertical apoyados unos con otros, también se puede colocar en filas recostados unos de otros o circularmente, a este proceso se le llama «Parba», y tiene la finalidad de eliminar la humedad que se encuentra en el tallo y los granos, esto dura aproximadamente de 10 a 15 días para su secado paulatino. Pasado el plazo se colocan en mantas que se extienden en el suelo para iniciar el proceso de trilla o golpeado de la quinua, al que llaman «Wajtay» o «wajtaña», realizado con una herramienta ancestral llamada «Jaucaña», esta herramienta hecha de madero duro es de proporciones largas con una curva al final, en ella se amarran soguillas hechas de cuero de alpaca para garantizar el desgrano perfecto de la quinua; terminado el golpeado se pasa a ventear los granos para separarlos de impurezas y finalmente almacenarlos.

La cosecha para los aymaras, así como los procesos agrícolas, no están divorciados de las expresiones musicales y menos de las danzas, Jose Portugal Catacora ya hablaba en sus investigaciones, sobre danzas que representan los procesos de la quinua desde que son semillas; el hombre de la puna se a identificado y asumido este grano como algo divino propio de rendirle ritual y culto, él mismo asume la identidad de este alimento como un estado supremo del alma y lo representa en su danza, música, consciencia y presencia en la tierra, debido a que su simple hecho de ejecución en música y danza a la quinua, es una manera de obtener poder para regresar a la pacha mama y tener diálogo directo con ella, lo vemos en las diferentes versiones de la danza de los «Pulis», de las que se ven hasta ahora en Puno.
No obstante los jaymas (Canto aymara) de las abuelas, hablan de las penurias de los choquelas (en la danza Llipi Pulis) o antepasados que tenían que llevar quinua a los Apus Yucamani y Yanamuri, que requerían de peregrinaje y ritual.

Podemos decir entonces, que este valioso grano a permitido que los pobladores mantengan el cordón umbilical con la madre tierra y los seres supremos.

Desde los cronistas hasta nuestros tiempos la importancia de la quinua trasciende en el subconsciente de los pobladores y sus creencias, que perviven en el tiempo. Las bondades de la quinua, en especial la quinua negra, también son conocidas como curativas empleada por ser, junto a la carne y chuño negro, la cura contra la enfermedad o mal, llamado Karisiri. Esto lo aseguran no solo pobladoras del campo en Accora, Ichu o Ilave, también en el mismo Puno.

Este hecho nos lleva a concluir con una reflexión sobre la importancia del grano de oro de los incas, vital para todos pero lamentablemente poco difundida por nuestro gobierno, como sabemos en el anterior gobierno del señor Ollanta Humala, se dejó de llevar este producto como emblema peruano a una feria internacional donde los chilenos en claro oportunismo presentaron la quinua como un producto nacional chileno. ¿y quien dijo algo?, NADIE!!!.


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