La joven ministra de Bolivia: «Ni callada ni sumisa, contra el patriarcado»

Con una imagen de la pintora Frida Kahlo sosteniendo desenfadadamente un cigarro en la mano derecha, la ministra de Salud de Bolivia, Ariana Campero Nava, de apenas 30 años de edad, escribe en su cuenta de twitter: «Ni callada ni sumisa, esta ministra está contra el patriarcado. Qué pena por los machistas en nuestras filas. La lucha sigue».

Sus palabras tienen que ver con las numerosas críticas que ha recibido de diversos sectores de su país, los cuales -a juicio de ella- la cuestionan principalmente por ser mujer. Esto, añadido a su edad, le proporciona constantes enemigos, pues Campero no es la única fémina del gabinete de Evo Morales.

Sus detractores son principalmente los conservadores de su país, «esos que piensan que la mujer, por sus propias capacidades, no puede ejercer un cargo, sino que (de seguro) tuvo que haberse sometido a alguna situación con los superiores inmediatos».

En ese sentido, ella asegura que tiene un arduo trabajo y que luchará por hacerle frente a las críticas en su contra: «Es un trabajo difícil, pero somos muchas las que trabajamos para eliminar los prejuicios».

Campero fue designada para el cargo de ministra de Salud cuando apenas tenía 28 años de edad, el 23 de enero de 2015. Aunque no se saben las razones exactas por las que Evo la nombró miembro de su gabinete, se conoce que ella estudió en la Cuba socialista, como parte de uno de los primeros contingentes de becados bolivianos.

Consultada al respecto, ella responde: «Nuestras designaciones son muestra del nivel de inclusión y participación que tiene nuestro proceso de cambio en Bolivia».

Y luego agrega, repasando su situación: «Ser ministra, mujer, joven, graduada en Cuba, soltera, rompe el esquema de la autoridad clásica», indicando que eso supone «tener que luchar contra muchos prejuicios de una sociedad aún conservadora, machista… No ha sido una tarea fácil».

En tanto, sobre su trabajo como ministra, debe anotarse que ella se manifiesta a favor de la interrupción voluntaria del embarazo como parte de las políticas para empoderar a la mujer. Y es que, según datos que maneja, el aborto constituye la tercera causa de muerte materna en Bolivia.

Finalmente, determinada, sostiene: «La responsabilidad que me ha entregado Evo es, al mismo tiempo, una experiencia muy linda y yo estoy agradecida de que a esta edad y en estas circunstancias, pueda tener la oportunidad de ser ministra de un proceso político tan importante para mi país».