La guerra como salida a la crisis económica de las grandes potencias
Si hubo alguien que vislumbró lo que está pasando y dio pistas sobre lo que sigue luego de lo sucedido en Ucrania es el sociólogo Immanuel Wallerstein fallecido en agosto del año 2019.
Uno de los puntos más importantes de una conferencia que brindó pocos años antes de su muerte se refiere a la declinación del poder económico de Estados Unidos y a la posible solución bélica a su problema.
Así se explica en ánimo de promover el golpe de estado en Ucrania ejecutado en el año 2014, la preparación del terreno para que Rusia y Putin sean vistos como enemigos de la paz y todos su esfuerzos para que Ucrania sea parte de la OTAN.
Hay que verlo por partes:
Declive de Estados Unidos
La crisis de Estados Unidos se relaciona con el traslado de muchas de sus industrias a otras partes del globo.
Al los dueños de empresas les resulta más barato pagar a un chino malnutrido recién llegado a la ciudad que, permanecer en Estados Unidos y pagar los impuestos necesarios para criar, educar, darles cobertura de salud y esperar que estén aptos para trabajar.
Otro signo de su crisis es la enorme deuda del Estado Norteamericano que supera los 30 billones de dólares; en otras palabras, sus finanzas están en manos de banqueros y especuladores que no tienen fidelidad patriótica alguna.
Para ahorrar la larga explicación de Wallerstein se puede decir que lo que falta al país más poderoso del mundo capitalista es, precisamente, el capital.
Con las finanzas en manos de gente que no tiene fidelidad patriótica y con el aparato productivo trasladado a otros países, el Estado Norteamericano pierde poder.
La mercancía perfecta
Imagine usted que es el fabricante de un producto costoso que se destruye en manos del cliente quien inmediatamente compra otro y si no lo pierde, necesita partes e insumos constantemente… ah y la compra de ese producto, es asunto de vida o muerte.
Ese producto perfecto es una bala, una metralleta, un avión militar, un tanque. No se debe olvidar que, finalmente, son mercancías.
No faltan voces de que, justamente, Estados Unidos es dominado por un complejo Militar-Industrial que sorbe los recursos de la aún nación más poderosa del mundo y lo hace, generando guerras e intervenciones alrededor de todo el mundo.
Se parece un poco a los tiempos del imperio romano cuando los políticos del cenado comenzaron a perder poder y fueron sucedidos por militares quienes aumentaban el suyo con guerras de saqueo que terminaban con ventas de esclavos y botines de guerra.
Si antes era el oro, ahora es el petróleo, si antes eran esclavos hoy son los empleados de las maquilas. Hay empresas constructoras que ganan millones por construir lo que sus socios destruyeron con misiles.
Son negocios que cuestan sangre y los costos las pagan los ciudadanos de los países invadidos mediante la deuda externa y el control político-económico que implanta el imperio contemporáneo.
Dame una guerra
Desde la caída de la Unión Soviética se advirtió que Estados Unidos estaba mal herida por el esfuerzo económico que significó mantener la «guerra fría» la cual no fue tan fría que digamos, pues significó ejecutar incursiones abiertas y veladas en prácticamente todo el mundo (Chile y Allende es el ejemplo más próximo).
Lo que sigue es que, Estados Unidos seda su lugar a otra potencia como la más grande del mundo Capitalista, pero como advierte Wallerstein, antes de perder su lugar, luchará.
Esto nos lleva a la inminente invasión de Rusia donde, además de quitarle un socio a China, el gran rival, hay dos intereses directos: el dominio de la ruta del ártico y el control del mercado del gas y petróleo.
En gran botín
El calentamiento global a ocasionado que el polo norte, antes innavegable por el hielo sea hoy una posible ruta para el intercambio comercial entre los Mercados de Asia y Estados Unidos.
La ruta es por varias veces más económica que la usada hasta ahora y, por si fuera poco, hay serios indicios de que el fondo marino de esta zona bulle de petróleo y gas natural, dos recursos estratégicos tal como se ha visto en la crisis por el Covid-19.
Rusia tiene todas las facilidades para vender el gas que ya tiene y explotar en que se encuentre en el mar del norte con lo cual, amenaza seriamente la preponderancia económica de Estados Unidos.
El complejo militar industrial que domina a la aún máxima potencia mundial tiene una oportunidad para alargar su preponderancia: fortunas en gastos militares, millones de gas y petróleo para vender a sus «socios» europeos, dinero expropiado a grandes empresarios Rusos, cientos de miles de soles en «obras de reconstrucción» y, acercase al enemigo final: China.
Algo que observar: los países enemigos se acaban, los trabajadores ultra baratos, también.