Habla la sentenciada por terrorismo que continúa admirando a Abimael Guzmán
La mujer que porta una pancarta de Abimael Guzmán en la marcha del Movadef el 1 de mayo, es Edith Espinoza Montano, tiene 53 años y fue sentenciada por terrorismo en 1996, salió en libertad el 2010 y se unió al Movadef; ahora fue denunciada por “apología a sentenciados por terrorismo”. Está es la entrevista publicada por el semanario “Hildebrandt en sus trece”.
¿Por qué salió a marchar con la imagen de un condenado por terrorismo?
-Porque hago uso de mi libertad de opinión, de pensamiento y hasta de sentimiento para decir que hay presos que ya han sido condenados a cadena perpetua y a los que se les está volviendo a juzgar con el afán de hacer escarnio.
– ¿No considera que las familias de las 25 víctimas de Tarata tienen derecho a que los responsables de aquel atentado sean juzgados y sentenciados?, ¿no es una forma de reparar a las víctimas?
-Yo respeto el dolor y el sentimiento de perder a alguien. Tenemos pérdidas de ambos lados, el dolor de eso no es cuestionable ni cuantificable, pero Abimael Guzmán es un preso político que ya lleva 25 años en prisión.
– Guzmán no está en la cárcel por ideas sino por ordenar matanzas como las de Tarata o Lucanamarca, donde murieron 69 personas, incluidos 18 niños. ¿Usted acepta que Guzmán mandó a matar gente, que es un homicida?
– La organización (Sendero Luminoso) ha hecho público que han tenido errores, excesos y limitaciones. Entiendo que no han abundado en detalles sobre eso porque están presos y no los dejan hablar.
– Movadef, la organización a la que usted pertenece, propone una amnistía general para Guzmán y el resto de la cúpula del comité central de Sendero, pero la organización terrorista nunca pidió perdón por sus crímenes.
– Esto es una situación política, no de perdón porque no es algo ético. Debe haber una política de asumir responsabilidades de ambas partes, la “organización” y las fuerzas armadas, porque hasta ahora ningún representante del Estado ha aceptado responsabilidad pese a que se aplicó una política genocida.
– Lo que hizo Sendero Luminoso también fue genocida. Según la Comisión de la Verdad, son los responsables de más de 30 mil muertos.
-La Comisión de la Verdad y Reconciliación fue en verdad la comisión de la mentira y el encono. Lo que ha hecho ha sido una matemática absurda por los supuestos estragos causados por Sendero Luminoso y el MRTA. Cuando me detuvieron (en 1988) había 25 mil muertos y desaparecidos según registros de la época y el 90% había sido causado por las Fuerzas Armadas.
– ¿Los testimonios recogidos por la CVR y sus investigaciones no valen para usted?
– No tienen cómo probar esa cifra. No tienen nombres concretos, dicen que la mayor parte de las víctimas eran del campesinado, pero esa cifra es muy volátil.
– ¿Por qué es tan difícil para Sendero Luminoso aceptar sus crímenes?
-Eso lo tendrán que responder ellos, yo no he pertenecido a ese grupo.
– En 1996 fue condenada a 14 años por pertenecer a Sendero Luminoso y cometer actos terroristas.
– Sí, pero los jueces que me sentenciaron nunca me escucharon. Yo profeso el marxismo, leninismo, maoísmo, pensamiento Gonzalo, pero nunca fui senderista. Me condenaron porque me negué a decir ‘muera Guzmán y muera Sendero Luminoso’ durante el juicio.
– Pero el pensamiento Gonzalo fue la base ideológica con la que sembró el terror durante 20 años.
-Yo sí participé en la lucha política de mi país pero jamás podrán decir que me han sentenciado por algún hecho en concreto.
– Si es que no ha hecho nada en concreto, ¿se arrepiente al menos de haber coincidido con una organización como Sendero Luminoso o volvería apoyarla si tuviera la oportunidad?
-Yo hago ahora lo que hacía en los 80 y 90: he dicho y denunciado lo que a mí me parecía, ¿cómo podría arrepentirme si eso fue parte de mi vida?
– Usted tiene cuatro hijos. ¿Ellos comparten sus ideas?
– Comparten mis ideas pero no que hagan activismo porque saben que eso puede traer consecuencias. Si conversamos del tema, me dan la razón en muchas cosas pero también expresan su indignación en otras. Los padres somos formadores pero los hijos deciden su destino. Así he educado a mis hijos y he respetado sus opiniones. Incluso uno de ellos fue partidario de PPK hasta hace un par de años.
– ¿Por qué eligió la izquierda radical? ¿Sus padres eran militantes?
-No. Mi padre, que era albañil, simpatizaba con Fernando Belaúnde y mi madre, que era ambulante, se dedicaba a su familia. A mí lo que me marcó fue el golpe de Francisco Morales Bermúdez a Juan Velasco Alvarado y las huelgas del SUTEP de 1978 y 1979, en las que participé como estudiante de secundaria.
– ¿Cuándo comenzó a simpatizar con el “pensamiento Gonzalo”?
-Eso fue en 1983. Había ingresado a Filosofía en San Marcos y para ese tiempo ya había un contexto de mayor pobreza en el país.
– Usted sale de prisión en 2010 y se une al Movadef, un movimiento que propone la amnistía no solo de senderistas sino también de los militares y policías.
-Quiero dejar a mis hijos en un ambiente reconciliado y siempre hay que sacrificar algo.
– ¿Eso les diría a los familiares de los muertos en Tarata? ¿Que sacrifiquen la justicia?
– Yo opino de esa manera. Sé que no les puedo pedir que quieran lo mismo. Aún si conocieran mi historia, seguirían diciendo que pienso así porque soy terrorista.
– ¿Movadef realmente apunta a entrar en política?
– Si bien nos definimos como marxistas, leninistas, maoístas, pensamiento Gonzalo, nuestro programa es muy diferente al de Sendero Luminoso.
– Pero el pensamiento Gonzalo era un manual para Sendero Luminoso.
– Nosotros hemos tomado los instrumentos de ese pensamiento con la finalidad de hacer lucha política hasta el final de los tiempos.
– ¿Qué nos garantiza que una organización como el Movadef, que agrupa a condenados por terrorismo y familiares de presos, no tome la decisión de iniciar la lucha armada?
– El Movadef se fundó para hacer lucha política, no armada. Así volvamos a una situación de esclavitud el Movadef jamás irá a la lucha armada. Tendría que desaparecer como organización y crearse otra cosa.