Ganadores del Premio Nobel destrozan creencias de la «derecha peruana»
El Premio Nóbel de Economía concedido a David Card, Joshua D. Angrist y Guido W. Imbes, lleva a cuestionar aquello que los “técnicos” califican como una verdad absoluta y, reduce sus opiniones a simple conveniencia.
Los economistas reconocidos con el máximo galardón llegaron a la conclusión de que aumentar el monto del sueldo mínimo no reduce la cantidad de empleos formales algo que era afirmado de manera categórica por economistas pro empresariales.
La pose
Una creencia vendida como “criterio técnico” por los especialistas económicos era que el incremento del sueldo mínimo traería como consecuencia la disminución de empleos formales o, el cese de su incremento.
En febrero del año 2018, Diego Macera, Gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE) matizaba esta afirmación agregando la idea de productividad: “establecer un salario mínimo más alto que la productividad de los trabajadores impedirá que consigan empleos formales”, decía.
Al igual que él, varios especialistas lanzan afirmaciones presuntamente técnicas, basadas en datos y producidas gracias a verdaderos conocimientos económicos pero que, a luz de los hechos, resultan ser contrabando.
Lo científico
Evidentemente no es científico ni técnico concluir solo a partir de un dato estadístico. Hay diferentes maneras de hacer de la economía una ciencia y no una herramienta al servicio de intereses empresariales.
Según el ganador del Premio Nóbel, Paul Krugman, es la ruta que tomaron David Card, Joshua D. Angrist y Guido W. Imbens.
Explica que en economía no se puede elaborar experimentos, por lo cual los economistas recurrían a elaborados métodos estadísticos para llegar a verdades económicas.
En la década de los 90´s, algunos economistas se dieron cuenta de la existencia de lo que llamaron “experimentos naturales”. Krugman lanza un ejemplo:
“El ejemplo más famoso es la investigación que Card realizó junto con el finado Alan Krueger sobre los efectos de los salarios mínimos. La mayoría de los economistas solían creer que el aumento del salario mínimo reduce el empleo. Pero, ¿sí es así? En 1992, el estado de Nueva Jersey aumentó su salario mínimo, mientras que uno de sus estados vecino, Pensilvania, no lo hizo. Card y Krueger se dieron cuenta de que podían evaluar el efecto de este cambio de política comparando el crecimiento del empleo en los dos estados después del aumento salarial, y usar a Pensilvania como control del experimento de Nueva Jersey”.
Una vez evaluadas ambas experiencias, los investigadores llegaron a la conclusión que el aumento del salario mínimo no ocasionaba la disminución del número de puestos de trabajo.
En el mundo científico, si un experimento lleva a determinadas conclusiones, entonces hay que repetirlo varias veces, solo para verificar que las conclusiones sean certeras. Esto se hizo con dicho experimento natural pues se estudiaron varias experiencias de aumento del valor del sueldo mínimo.
Lección
Paul Krugman sugiere que la teoría económica es usada políticamente por las personas influyentes.
La evidencia realmente científica tira al tacho muchas ideas dadas por verdades absolutas por economistas que, usualmente, trabajan para los empresarios que son beneficiados con, por ejemplo, el bajo monto del sueldo mínimo.
No es exagerado sugerir que muchas de las afirmaciones de los “especialistas” en los medios de comunicación capitalinos, ni siquiera sean ideologizadas (creencia de estar en lo cierto) sino interesadas (afirmar a cambio de beneficio).