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Fujimori ayudó a García para fugar del país cuando era investigado por corrupción

Actualizado: 8 julio, 2017

LAPATRIA

El “Caso García (1994)”. Es el libro de Pedro Cateriano, que narra la oscura historia del expresidente Alan García, a quien la comisión investigadora de la Cámara de Diputados le investigó sobre presunto enriquecimiento ilícito por la compra de casas y, para su suerte se dio el autogolpe del 5 de abril de 1992. García, fugó del país y la investigación se quebró.

De esta manera, el ex mandatario aprista esquivó a las acusaciones en su contra, en esa oportunidad el grupo de trabajo presidido por Fernando Olivera, concluyó que el expresidente tenía un desbalance patrimonial de 400 mil dólares.

“Busco evitar la falsificación de los hechos. García, en su segundo gobierno, pretende vender la imagen de un estadista, de un gobernante que ha hecho cosas muy importantes por el país. Para conocer a García hay que conocer cabalmente a García en sus dos períodos de gobierno”,  indicó Cateriano, al semanario Hildebrandt en sus Trece.

El libro reeditado por Planeta, se ha convertido en todo un best seller. El más vendido en las últimas semanas en la librería Crisol, que hasta hace poco García era accionista.

Entre los hallazgos de la comisión de investigación presidida por Fernando Olivera en la que participaban, además, Lourdes Flores, Pedro Cateriano, y Jorge del Castillo, representando al Apra. Halló pesquisas muy relevantes que configuraba el desbalance económico de García.

“En su gestión como presidente (entre 1985 y 1990) no tuvo cómo acreditar que obtuvo 263,575 dólares”, dice Cateriano. Y añade: “No hay que olvidar que, en ese entonces, esa cantidad de dinero que ahora puede parecer menor era importante”.

Entre sus manifestaciones, García, declaró que vivía con 500 dólares mensuales y para Cateriano y sus colegas las cifras no cuadraban, con las fabulosas adquisiciones de inmobiliaria que empezó 1978.

La primera compra fue la casa en la calle General Varela, Miraflores, por el sorprendente precio de 14,722 dólares. En 1980 adquirió un inmueble en la calle Donatello, en San Borja, por otros poco creíbles 20 mil dólares.

En 1981 consiguió un gran terreno en Chaclacayo por la bicoca de 300 mil soles. En 1982 compró un lote en la urbanización Mariscal Castilla por 14,400 dólares. En 1985, cuando entró al poder, se hizo de una vivienda en Chacarilla por 110,700 dólares. Y en 1987 compró “una pequeña casa”, según sus palabras, en la exclusiva playa de Naplo por 30 mil dólares.

Otro dato relevante del libro: García, en su declaración ante la Cámara de Diputados, en octubre de 1990, habló bien de Alfredo Zanatti, el empresario dueño de una cuenta en Gran Caimán en la que el abogado italiano, Sergio Siragusa, aseguró haber depositado 840 mil dólares como pago de sobornos a Alan García por el tren eléctrico.

“Esto (el soborno) fue corroborado en una investigación por la exfiscal suprema Nelly Calderón y por el entonces vocal de la Corte Suprema, Hugo Sivina. Los hechos son irrefutables porque participó la justicia peruana y la justicia de Gran Caimán, que levantó el depósito”, asegura Cateriano.

La comisión también había contratado en Estados Unidos a dos empresas de investigación: Kroll Associates, de Nueva York, y Larc Investigative Service, de Miami. La primera encontró que existía una cuenta en el banco Western Federal de Dallas, Texas, a nombre de Alan García Pérez, aunque no se dio algún monto.

Kroll, por su parte, consignó en su informe que García tenía cincuenta millones de dólares depositados en varias cuentas del extranjero del Banco de Crédito y Centro Internacional (BCCI) y que algunas de ellas llevaban los apellidos de su esposa, Pilar Nores Bodereau.

“No hay que olvidar el contexto político en el que ocurre todo. García, en su primer gobierno, tenía el control económico del país Él daba órdenes para asignar el dólar MUC, para emitir billetes, etcétera. No existía la noción de un Banco Central autónomo e independiente como hoy en día”, refiere Cateriano.

Otro detalle que hace conocer el libro, es que García anunció que el Perú iba a adquirir sólo 12 de los 26 Mirage 2000 acordados en el gobierno de Fernando Belaunde y que tenían un costo de 650 millones de dólares. Lo cierto es que, de acuerdo con investigaciones posteriores, García revendió 14 Mirage y el intermediario de aquella sucia operación fue El Assir.

Otro detalle que hace conocer el libro, es que García anunció que el Perú iba a adquirir sólo 12 de los 26 Mirage 2000 acordados en el gobierno de Fernando Belaunde y que tenían un costo de 650 millones de dólares. Lo cierto es que, de acuerdo con investigaciones posteriores, García revendió 14 Mirage y el intermediario de aquella sucia operación fue El Assir.

Cateriano, también hace referencia sobre la constructora brasileña Odebrecht, que hizo el proyecto de irrigación Chavimochic una obra que “fue notoriamente sobrevaluada. La deuda fue pagada por el gobierno de Alberto Fujimori.

“Había una presión del aprismo, aliado del fujimorismo, para pagar a Odebrecht. Eran evidentes las conexiones. No hay que olvidar que uno de los patriarcas de Odebrecht condecoró a García”, dice Cateriano.

Lourdes Flores Nano, era uno de los miembros de la comisión de Cámara de Diputados, considerada como una de las políticas más aguerridas que se enfrentaba a Alan García, pero al final resulta siendo la socia política del líder aprista y, participó como candidata a la vicepresidencia.


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