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Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la danza puneña Q’arapulis

Actualizado: 11 mayo, 2017

ANDINA

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Q’arapulis o Quena-quena del distrito de Juli, ubicado en la provincia puneña de Chucuito, por su evocación al posicionamiento del reino aimara Lupaqa en la meseta del Collao, el cual fortaleció el intercambio dicha población durante tiempos prehispánicos y coloniales.

El Ministerio de Cultura afirmó que esta danza es una expresión cultural que recuerda el afianzamiento de Juli como centro de articulación política, económica y religiosa que estableció el intercambio de la población aimara con diferentes grupos culturales durante la época prehispánica y el período colonial, siendo de este modo una manifestación de la memoria e identidad local.

La historia

Se sabe que sus antiguos habitantes, los Lupaqa (o lupi haque) fueron conquistados por el Imperio Inca durante el siglo XV. Sin embargo, los gobernantes locales tradicionales siguieron vigentes al igual que su organización política, social, económica y religiosa.

El uso del aimara, así como el sistema de hatha y trabajo comunal, también se mantuvieron vigentes incluso después de la Conquista y la Colonia. Durante estas etapas históricas, Chucuito se convirtió en una importante encomienda para la corona española debido a su trascendencia como núcleo de administración, articulando a grupos provenientes de diferentes regiones.

La imposición de la cultura europea sobre la aimara motivó el uso de mecanismos que permitieran el acercamiento y la conversión de la población de Chucuito a la religión católica. Según el antropólogo Blas Gutiérrez, los misioneros utilizaron elementos de la religiosidad andina, como los cantos y las danzas, como medios para evangelizar a la población indígena.

La imposición de la religión católica y la resistencia de las creencias de la población aimara tuvieron como consecuencia el sincretismo religioso que se manifiesta en ciertas prácticas culturales como danzas, festividades y ritos agrícolas que se ejecutan hasta la actualidad.

Origen del baile

Q’arapulis o Quena-quena se ejecuta en el distrito de Juli el 14 de septiembre de cada año durante la festividad católica de la Exaltación de la Cruz, también conocida como Orqu Phista o Fiesta de Varones en aimara, en la que uno de los cuatro alferados que la organizan se hace cargo de presentar la comparsa de Q’arapulis.

El investigador puneño David Onofre, menciona que el término Q’arapulis resultaría de la composición de las palabras aimaras Kara y Pula, donde Q’ara o Kara significa pelado y Pula significa racimo o espiga de quinua.

Del mismo modo, el investigador puneño José Portugal considera que esta danza estaría relacionada con la cosecha de la quinua, particularmente al momento en el que se extrae la quinua de los racimos o pulis, quedando solo los palos de quinua pelados o q’ara.

El mismo investigador menciona que la Quena-quena es una de las cinco variedades de la danza Puli que existían en la región, las cuales eran Puli-puli, Chatripulis, Q’arapulis, Auquipulis y Llipipulis. Cada una representaría un momento en el cultivo de la quinua y por ello poseen tonos musicales, movimientos de danza y atuendos diferentes.

Dos posibles orígenes

La primera teoría explica que, según un relato andino, las estrellas del Alaxpacha (mundo de arriba) decidieron enviar una lluvia sobre el campo del altiplano, el cual había sufrido una gran sequía que dejó cosechas destruidas y animales muertos.

De este modo la población pudo alimentarse y guardar alimento al cual llamaron jiura o kiura, que quiere decir “semilla que brota de la muerte” y que actualmente es conocida como quinua. Así, los pobladores crearían una serie de danzas llamada Puli, como agradecimiento a la naturaleza por el cultivo de la quinua.

La segunda explicación del origen de la danza indica que sería una representación del valor y fiereza de los habitantes de los valles selváticos o yungas, que se dedicaban a la caza de animales como tigrillos, pumas y jaguares, y que llegaban a Chucuito para intercambiar estos productos, especies y/u objetos con otros propios de la región. Es así que los aimara conseguían el cuero del jaguar o tigrillo a cambio de charqui, sal, lana, coca, tejidos, entre otros.

Datos

La danza se transmite de manera no formal. Los niños, niñas y jóvenes aprenden a través de la observación directa durante la presentación en la fiesta del Orqu Phista, y posteriormente a través de su participación dentro de la comparsa.

Asimismo, hasta hace sólo algunos años los danzantes eran varones mayores de 65 años, pero debido a la representación de la danza en el Concurso de Danzas Autóctonas en Honor a la Virgen de la Candelaria en Puno (durante el mes de febrero) la participación de los jóvenes se ha incrementado permitiendo la salvaguardia tanto de la música como de la danza.

Los danzantes, los personajes y demás elementos de esta danza simbolizan el establecimiento y fortalecimiento de los lazos de los pobladores locales y diferentes grupos periféricos durante la época prehispánica y colonial.

Por último, se dispuso también encargar a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en conjunto con la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de esta danza, de modo que su registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir para su vigencia, y otros aspectos relevantes para realizar un seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.

El Ministerio de Cultura oficializó este reconocimiento a través de la Resolución Ministerial Nº 079-2017-VMPCIC-MC, publicada hoy en el boletín Normas Legales del Diario Oficial El Peruano. La norma lleva la firma de Jorge Ernesto Arrunátegui Gadea, viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales.


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