Martes, 26 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

Cuidado con el cambio climático

Actualizado: 25 julio, 2021

Milcíades Ruiz

En estos momentos estamos más enfrascados en los acontecimientos políticos coyunturales, pero no deberíamos perder de vista los avisos de la naturaleza. Aunque muchos no lo adviertan, las condiciones planetarias tienen mucho que ver con nuestro comportamiento político. A riesgo de desentonar con el coro social, va la siguiente nota.

La energía es el combustible de todo movimiento. El sol es la fuente de energía de nuestro planeta generando diversidad de movimientos, incluyendo los biológicos. El deterioro de esta condición vital está modificando nuestra ecología planetaria por sobrecalentamiento, ocasionando explosiones virales y desastres meteorológicos. El próximo verano podría ser desastroso para Perú y hay que monitorear el riesgo.

Nuestro planeta es esférico y recibe la energía solar que la pone en movimiento, pero al mismo tiempo que gira sobre sí mismo, gira alrededor del sol (107 mil km/hora). Lo hace de manera inclinada y cambia de inclinación en cada solsticio (23,4 grados). Eso hace que cada 21 de junio el hemisferio norte inclinado reciba mayor calentamiento solar ocasionando verano, mientras que el hemisferio sur se enfría entrando a invierno. El 21 de diciembre cambia de inclinación en sentido contrario ocasionando verano en el hemisferio sur, e invierno en el hemisferio norte.

Esto lo aprendemos a temprana edad y, lo vemos también cuando asamos pollo a la brasa, parrillas, anticuchos, etc. Siempre volteamos la carne para que no se queme en un solo lado. Pero si nos excedemos carbonizaremos la carne. Pues bien. Esto es lo que viene sucediendo a nivel planetario con el sobrecalentamiento global que ocasiona cambios climáticos. Si al calentamiento solar normal, le añadimos calentamiento artificial por obra humana, en el verano se obtiene los siguientes resultados iniciales:

Importantes incendios desde el Mediterráneo hasta la región ártica, multiplicando la emisión de contaminantes nocivos a la atmósfera. Tan sólo en junio pasado, más de 100 incendios forestales de gran intensidad y duración se registraron en el círculo polar ártico, emitiendo 50 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. La cifra es superior a la suma de las emisiones desprendidas por incendios árticos en los meses de junio del periodo 2010-2018, destacó la Organización Meteorológica Mundial.

Además del CO2, el fuego emite otros contaminantes nocivos como partículas en suspensión y gases tóxicos, incluidos el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los componentes orgánicos distintos del metano, que contribuyen al calentamiento global. Los países más afectados: Alaska (Estados Unidos), Canadá y Siberia (Rusia). Solo en Alaska, la temperatura superó el récord de 32 grados centígrados (°C), ocasionando este año casi 400 incendios forestales.

La NASA publicó la semana pasada, una serie de imágenes, captadas por el satélite Landsat 8, que ponen de relieve la gravedad de la sequía cada vez más profunda que está afectando el estado estadounidense de California.

Las fotos comparan imágenes de Sierra Nevada tomadas en diferentes períodos de tiempo, y la diferencia es dramática, ya que la capa de nieve blanca de Sierra Nevada aparece reducida a la nada. La NASA advierte que la nieve de montaña es como una cuenta bancaria para el agua en el país, y ahora la región «tiene pocos fondos». La nieve de Sierra Nevada constituye aproximadamente el 30 % del suministro de agua de California.

«La nieve de las montañas se derritió casi un mes antes de lo previsto, dejando los embalses sin su caudal habitual de agua dulce». La nieve derretida de Sierra Nevada y las Montañas Rocosas normalmente llena los embalses de California cada primavera, pero los suministros de agua están disminuyendo después de dos años de escasas lluvias. El lago Shasta, el embalse más grande de California, mostró una disminución importante del nivel de agua. Según el monitor de sequía de EE.UU., actualmente el 89 % de los territorios occidentales de EE.UU. están en estado de sequía y el 25 % en el de sequía excepcional.

En Alemania el excesivo calor viene ocasionado incendios, lluvias torrenciales e inundaciones nunca vistas. En el estado alemán de Renania-Palatinado, la policía reportó 110 muertos y dijo que el número podría seguir subiendo. En el vecino estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado de Alemania, se confirmaron 45 muertes, incluidos cuatro bomberos. El desastre ya interrumpió el tráfico ferroviario de larga distancia.

Luego de que las lluvias torrenciales y graves inundaciones azotaran varias regiones de Alemania causando la muerte de más de 150 personas, la vecina Austria también resultó afectada por grandes crecidas de aguas. Entre los estados más dañados por el desastre se encuentra Salzburgo, donde se construyó una protección contra la crecida a lo largo del río Salzach, que ya superó los niveles de alerta. Allí también, hay ciudades inundadas, desprendimientos de tierra y carreteras destruidas.

En China, las fuertes lluvias han desbordado ríos en Henan, inundando calles de una docena de ciudades, donde pasajeros del metro han quedado atrapados por las aguas, informa Reuters. Las autoridades de Zhengzhou, capital de esta provincia, se han visto obligadas a detener todos los servicios de trenes subterráneos. Hay cerca de 200.000 personas evacuadas, más de veinte fallecidos, 200 vuelos locales cancelados y estaciones de metro cerradas.

En la India, al menos 20 personas han muerto en los corrimientos de tierra provocados por las fuertes lluvias monzónicas en la ciudad de Bombay. La región rusa de Carelia, en la frontera con Finlandia, se encuentra afectada por 33 incendios forestales que abarcan un área de más de 7.000 hectáreas, informó el Ministerio Regional de Recursos Naturales.

El hielo marino de verano en el área del gran Mar de Weddell de la Antártida ha disminuido en un millón de kilómetros cuadrados, un tercio en los últimos cinco años. Es el hábitat para muchas especies, incluidos los pingüinos y las focas, que dependen de él para acceder a los alimentos y reproducirse. Este descubrimiento, con implicaciones para el ecosistema marino, se publicó en la revista Geophysical Research Letters.

Estas son solo algunas noticias del desastre en el hemisferio norte que ahora está en verano, pero el 21 de diciembre próximo, nos toca a nosotros entrar en verano cuando el planeta se incline a la inversa. Entonces, correremos los mismos riesgos si el calentamiento global sigue en aumento. Ojalá que esto no suceda, pero es bueno estar precavido.

Si nuestra cordillera pierde la nieve perpetua, lógicamente todas las lagunas que reciben sus deshielos también se quedan sin agua y todos los valles y cuencas hidrográficas se van secando dejando sin este recurso a los usuarios del campo y la ciudad. Por consiguiente, la siembra y cosecha de agua, reservorios y humedales perderán lo esencial. De suceder así, los conflictos por el agua se agudizarán, pero las consecuencias económicas y políticas serían terribles para el gobierno entrante.

El planeta tiene capas atmosféricas y si los gases de efecto invernadero cierran desfogues, la presión moviliza vientos y derrumbes internos. El calentamiento dilata las estructuras geológicas del planeta y hay movimientos sísmicos con mayor frecuencia. El hielo derretido aumenta el nivel de los océanos y ocasionan desequilibrios biológicos y ambientales en el sistema ecológico planetario. La evaporación genera lluvias excesivas y todo el planeta se desequilibra.

No es bueno ser alarmista, pero tampoco lo es, ser indiferente. Vemos las noticias de lo que ocurre en el otro lado del planeta, pero no pensamos en que lo mismo podría ocurrir en nuestro lado. Al igual que la pandemia que nos aflige, reaccionamos cuando ya es tarde. Puedo estar equivocado, pero es mejor prever que lamentar. Este, solo es un llamado a la consciencia. No esperemos que la desgracia nos toque la puerta.


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