¿Cuáles son los tratamientos no invasivos que están transformando las terapias para combatir el cáncer de próstata?
El cáncer de próstata es una enfermedad asintomática cuya población masculina potencialmente vulnerable va a partir de los 50 años. Según las estimaciones de Globocan, no solo es el más frecuente en Perú, con más de 8 mil nuevos casos diagnosticados en el año 2022, sino también se encuentra en el ranking de causas de muerte en hombres, con 2.460 fallecimientos anuales.
El Dr. Camilo Sandoval, urólogo y cirujano oncólogo del Instituto Oncológico FALP, explica que el factor de riesgo más determinante en el cáncer de próstata es la edad: “el riesgo crece a partir de los 50 años o 40 años en el caso de que tengan antecedentes familiares, de ahí la importancia de que los hombres, cumplida esa edad, se realicen anualmente el test de antígeno prostático específico (PSA) y el examen de tacto rectal”.
“El antígeno prostático es una proteína que es específica de la próstata. No es específica de cáncer de próstata, porque se puede elevar por otras condiciones, pero hasta el momento es la mejor herramienta disponible para poder detectar tempranamente este tipo de cáncer. Siempre debe ir asociado al tacto rectal, porque hay un pequeño porcentaje de cáncer prostático que no va a elevar el antígeno y que solo es detectable con un tacto rectal alterado”, explica el especialista.
Los síntomas suelen confundirse, en ocasiones, con la dificultad para orinar que produce la hiperplasia prostática benigna, que ocurre a medida que se envejece; pues el cáncer no obstruye la vía urinaria a menos que esté avanzado, otras señales de alerta son el sangramiento en la orina, el daño en los huesos y la reducción involuntaria de peso.
Tratamientos no invasivos para combatir el cáncer de próstata:
Gracias a los desarrollos tecnológicos que se han dado los últimos años, los pacientes que son diagnosticados con cáncer de próstata tienen a su disposición una variedad de tratamientos efectivos, seguros y no invasivos que minimizan el impacto en los tejidos sanos y reducen el tiempo de recuperación. Entre estos tratamientos se encuentran:
- La radioterapia avanzada: Debido a su alta eficacia y excelente perfil de seguridad, la radioterapia se ha consolidado como pilar fundamental para el manejo del cáncer de próstata en sus distintas fases, ya sea como estrategia única o complementando a otras. Una de las herramientas que destaca es el sistema CyberKnife, que se caracteriza por su altísima precisión, logrando excelentes tasas de curación asociadas a mínimos efectos adversos, permitiendo al paciente mantener estándares de calidad de vida similares a los previos de la intervención.
- Cirugía Robótica: Es un procedimiento mínimamente invasivo diseñado para efectuar cirugías urológicas (próstata, riñón), que incluye menos dolor, menos pérdida de sangre, una estadía hospitalaria más corta y una recuperación más rápida. Da Vinci Xi es el robot que combina la funcionalidad de un sistema de brazos suspendidos, con la flexibilidad de una plataforma móvil, que permite colocar el carro quirúrgico en cualquier posición alrededor del paciente y, a la vez, posibilita el acceso por cuatro cuadrantes anatómicos.
- Lutecio PSMA: Este tratamiento está indicado para pacientes con cánceres de próstata en los que existe resistencia a la terapia hormonal. Consiste en la infusión endovenosa de un ligado (PSMA) unido a un radionúclido (Lu177), que se adhiere en forma específica a las células prostáticas, generando la muerte de las células cancerígenas.
“El tratamiento del cáncer de próstata localizado, ya sea con cirugía o con radioterapia, puede deteriorar la calidad de vida de los pacientes, generando ciertos niveles de disfunción eréctil y/o incontinencia urinaria en algunos de ellos; sin embargo, los estudios han evidenciado que con la cirugía mínimamente invasiva o con radioterapia avanzada la posibilidad de efectos adversos a nivel urinario y sexual disminuye”, explica Sandoval.
En el marco del Día Mundial de Cáncer de Próstata, es importante generar conciencia sobre los chequeos preventivos, ya que, en etapas iniciales, la tasa de curación del cáncer de próstata llega al 90%, porque se dispone de tratamientos que dejan mínimas secuelas y permiten una muy buena calidad de vida posterior.
FALP cuenta con un equipo profesional altamente capacitado y tecnología que permite mayor sensibilidad en la detección, aportando calidad y seguridad a los pacientes. Cada caso es evaluado por un equipo multidisciplinario, que presenta las mejores opciones de tratamiento, según las condiciones y tipo de cáncer del paciente.