América Latina dependerá de endeudamiento para hacer frente a la pandemia
La recuperación post Covid-19 de economías emergentes como América Latina dependerá de una ayuda extra de organismos multilaterales y de crédito para hacer frente a las necesidades de reactivación del aparato productivo y de comercio.
Esta fue la afirmación del ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, en el foro “Escenarios posibles para América Latina post COVID-19”, organizado por la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
Iglesias propuso a los Gobiernos de América Latina lograr acuerdos para crear oportunidades y fortalecer, especialmente, los sistemas de educación y salud, devastados por la pandemia.
Señaló que según el Banco Mundial para este 2020 se prevé una caída del PBI global de -6%, el doble de lo que generó la crisis financiera del 2007-2008, que originó una caída del -3% del PBI mundial.
El exdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Carlos Magariños, coincidió con esta visión y señaló que “la cooperación internacional es la llamada a amortiguar las consecuencias de la pandemia en la región y aumentar el apoyo en por lo menos 40% para pasar de US$ 400 millones a US$ 700 millones en créditos”.
Por su parte, el excanciller del Perú, Allan Wagner Tizón, dijo que a consecuencia de la pandemia en América Latina “la pobreza aumentará a 270 millones de pobres y que al menos 2,6 millones de pequeñas y medianas empresas desaparecerán”.
Frente a este panorama, el también director de la Academia Diplomática Peruana, señaló que el camino que tiene el Perú es defender el multilateralismo y fortalecer los mecanismos de cooperación regional de comercio.
Finalmente, el fundador presidente de USIL, Raúl Diez Canseco Terry, destacó que se deben buscar soluciones globales y trabajar en una agenda común, especialmente en la región latinoamericana, para avanzar en la transformación digital, crear ciudades inclusivas e inteligentes, apostar por biodiversidad, la seguridad alimentaria y la gestión integral de las fronteras.
También propuso que los Gobiernos inviertan en logística funcional como las carreteras, que permitan integrar a toda la población; reducir la informalidad y fortalecer a la pequeñas y microempresas, que en el Perú representan más del 90% de las empresas y emplea al 75% de la población económicamente activa.