Distintos enfoques de izquierda: Frente Amplio y otros
(…)
“En este mundo traidor,
nada es verdad, ni mentira,
Todo es según el color
del cristal con que se mira”.
(Humoradas- Ramón de Campoamor)
Este antiguo verso de Ramón De Campoamor, sintetiza en cierto modo, una verdad del materialismo dialéctico. Todo es relativo. Tener presente la relatividad de nuestras apreciaciones nos ayuda mucho a ser racionales y a tener una mayor certeza en nuestras ideas. Viene al caso, el artículo “Vientos de ruptura en el Frente Amplio” publicado este 13 de junio en el diario La República, por uno de los mentores de la candidatura de la señora Verónika Mendoza y miembro de su equipo técnico electoral que nos da su versión al respecto.
Todos tenemos una manera de ver los hechos desde una perspectiva particular siguiendo criterios predeterminados y ese enfoque constituye la base de nuestra opinión. Por ello, respetando la versión del articulista Nelson Manrique me atrevo a dar la mía sin rebatir la suya, reconociendo que hay otras opiniones probablemente más valederas. Los lectores sabrán sacar sus propias conclusiones.
En estos tiempos, los bloques unitarios solo tienen un objetivo electorero y por lo tanto son frentes ocasionales, transitorios nada más. Las circunstancias del momento pueden favorecer a un bloque dando la impresión de gran poderío, como ha sucedido con el bloque del Frente Amplio en las elecciones pasadas que, al truncarse las otras alternativas de izquierda quedó casi solo en la contienda, acaparando el grueso del electorado izquierdista. No había otra alternativa mejor.
Esta circunstancia especial en la izquierda y las maniobras de autoridades electorales para sacar de carrera a todo aquel indeseable que apareciera segundo en las encuestas, favorecieron el inesperado auge electoral del F. A. Estas circunstancias favorables dieron lugar a una sobrestimación de fuerza electoral. El FA no tiene realmente cerca de tres millones de partidarios. Pero la soberbia nubló la modestia: “Somos la segunda fuerza política del país” dijeron sus líderes. Cuando las aguas volvieron a su nivel tal espejismo se desvaneció.
Las circunstancias cambian y no son repetibles porque los procesos sociales no se detienen ni el tiempo tampoco. La lucha ecológica de los campesinos contra los depredadores mineros de Cajamarca generó liderazgos impensables. De no ser por esa lucha no lo tendríamos ahora de congresista al ex sacerdote Arana como tampoco Santos tendría la notoriedad y ambiciones que ahora tiene.
Si no hubiera sido por el repudiable gobierno de Fujimorí, ni Toledo habría sido presidente ni Ollanta Humala hubiera surgido como falso líder. Y si no hubiera sido por el apoyo venezolano y de la sobornadora ODEBRECHT, tampoco Humala habría sido presidente ni la señora Verónika Mendoza, congresista. Y si Tierra y Libertad liderado por el ex sacerdote Arana no hubiese tenido el inocente desprendimiento político, tampoco la señora Mendoza hubiera sido candidata presidencial, menos lideresa de “Nuevo Perú”.
Así podríamos recorrer el pasado reciente y encontraremos siempre con que son las circunstancias del proceso histórico las que determinan situaciones políticas. Se atribuye exclusivamente a la señora Mendoza el éxito electoral del FA, desdeñando la ascendencia del señor Arana que solo es ambientalista sin ser claramente de izquierda. Pero la lucha ambientalista de los campesinos determinó que el Frente Amplio ganara las elecciones en todas las zonas mineras.
El señor Arana no era candidato presidencial ni estaba en los afiches electorales del FA y sin embargo “Tierra y Libertad” obtuvo la más alta votación sacando 11 congresistas. La entidad “Sembrar” de la señora Mendoza solo obtuvo dos curules. Partido socialista dos, Coordinadora Progresista 2, Independientes uno y reelectos dos. La diferencia es abismal y aunque la congresista Glave se separó posteriormente de T y L cuando aseguró su curul, sigue siendo este, el grupo mayoritario de la bancada congresal y el que tiene mayor cobertura orgánica en este bloque.
El ex pastor bíblico ha podido comprobar que los judas abundan entre los oportunistas políticos y para defenderse de quienes querían comérselo con zapatos y todo, tuvo que cerrar compuertas para evitar el desequilibrio de fuerzas que se veía venir con nuevas inscripciones promovidas por quienes querían desestabilizarlo, siendo defenestrado por los conspiradores golpistas que hasta ahora lo embarran con calificativos de impotencia.
La sobrestimación del papel de la candidata del FA en el éxito electoral llevó a creer que con la votación millonaria atribuida a exclusivamente a ella, sería mejor separarse de T y L, pues ya no lo necesitaban. Era mejor armar otro frente paralelo con el nombre de “Nuevo Perú”. Era necesario y daba la esperanza de un frente solo de izquierda. Pero esa soberbia minó los entendimientos y los enfrentamientos se fueron agudizando hasta llegar a la vía judicial y el triste espectáculo de la bancada congresal enfrentada por la expulsión de uno de sus miembros que pide ayuda de terceros para que resuelvan un asunto interno.
Arana había hecho eco a la derecha venezolana diciendo apresuradamente del gobierno de Maduro: “… apunta a fortalecer un comportamiento y una actitud sin duda autoritaria y dictatorial”. Ahora comprenderá lo que es sufrir en carne propia tal campaña cuando su otrora partidaria Marisa Glave lo acusa de manera similar diciendo: “Rechazamos tajantemente esta pretensión autoritaria de separar a un miembro de nuestra bancada de manera ilegal y con el fin de tener mayoría”.
Ella lo atacó públicamente para defender al congresista Arce del partido socialista que fue el único del FA que votó juntamente con la derecha fujimorista una moción congresal de solidaridad con la derecha venezolana y en la Comisión de ética se abstuvo en vez de defender, a sus compañeros de bancada acusados de apología al terrorismo. A este congresista se le acusa de haber sido designado candidato con firmas falsas en la región Apurímac y de su afinidad con el fujimorismo pues también votó a favor de declarar “Héroes de la Democracia” al comando fujimorista “Chavín de Huántar”.
Este enfrentamiento desprestigia a toda la izquierda porque para la prensa y para el público en general, no es el bloque del FA sino toda la izquierda la que está enfrentada desconociendo que este bloque mixto que incluye no izquierdistas, no es representativo de toda la izquierda. En estas condiciones, antes de este pleito ya el nivel de aprobación del desempeño de la ex candidata del FA, era solo del 30% y la desaprobación 56%, (IPSOS/ 11.06.17). Aunque estas encuestas suelen ser interesadas, sin embargo contribuyen a formar opinión pública.
Actualmente, las circunstancias han hecho que tengamos en carrera otro bloque unitario mixto denominado “Juntos por el Perú”-JPP, que incluye también a no izquierdistas, con reconocidos partidos de izquierda de mayor ascendencia política y cobertura orgánica que “sembrar” y “Nuevo Perú”. Entonces el frente Nuevo Perú y su lideresa pueden perder soga y cabra si se separan definitivamente de T y L en este momento. La bancada del F A eligió como vocero al congresista Arana pero este acuerdo es desconocido en la práctica por sus atacantes buscando protagonismo personalista
Después de todo, el futuro de estos frentes y partidos en carrera dependerá del desempeño de los líderes de estas agrupaciones. El pueblo, dará su apoyo al movimiento que más satisfaga sus expectativas y no necesariamente al más unitario. Un solo partido también puede lograr esto. Los partidos se fortalecen en la medida que adquieren arraigo popular y eso es lo principal. Aunque es beneficiosa la unidad, tampoco deberíamos desesperarnos si no hay condiciones. Bien sabemos que es mejor vestirse con tela nueva que hacerlo sobre la base de parches o remiendos, cada una de los cuales luchará por ubicarse en el mejor lugar.
Las circunstancias históricas hacen que actualmente tengamos un vacío de liderazgo institucional de izquierda con capacidad de atracción multitudinaria, pero eso es parte del proceso histórico, el mismo que también lo resolverá. Nos sigue faltando un movimiento netamente de izquierda que por sus propios méritos gane el respaldo popular sin injerencia de oportunistas. El proceso de luchas hará brotar ese liderazgo. El camino al socialismo es el más difícil porque remamos contra la corriente, pero precisamente luchar ante la adversidad por un ideal, es lo que enaltece a las personas. El camino fácil puede ser traicionero.
Como verán, mi versión es diferente lo que no quiere decir que sea mejor. Todos los enfoques no pueden ser iguales y el derecho a la discrepancia es uno que debemos preservar en nuestras filas. Las ofensas que reciba por mis equivocaciones las asumo. El tiempo es el mejor juez. De las discrepancias también se aprende.