Rusia dispuesto a fabricar armas para Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia
Debido a la complicada relación política entre Estados Unidos y Rusia, además de otros factores igualmente importantes, este último país ha fijado su atención en Latinoamérica, específicamente en Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, con los que además ha firmado ya diferentes acuerdos de cooperación militar.
En ese sentido, el país ruso se mostró dispuesto a diseñar y construir buques de guerra para las Armadas de estos países. «Estamos dispuestos para la colaboración tecnológica en (…) el diseño y construcción conjuntos de embarcaciones de distintos tipos, incluso usando también las capacidades industriales de los clientes internacionales», indicó el subdirector del Servicio Federal de Cooperación Técnica Militar (FSMTC, por sus siglas en inglés), Anatoli Punchuk.
Asimismo, ha recalcado que Moscú está listo para establecer instalaciones de producción bajo licencia para fabricar armas y equipo militar de diseño ruso en los países latinoamericanos, añadiendo que estos están mostrando mucho interés por buques patrulleros de fabricación rusa y las naves escoltas.
De igual modo, en el VII Salón Internacional de Tecnología para la Defensa y Prevención de Desastres Naturales (SITDEF 2017) en Perú, añadió: «Estamos dispuestos a participar en un diálogo no sólo en la entrega de productos militares, sino también en las cuestiones relacionadas con la organización de la producción bajo licencia de armas rusas y equipo militar en el territorio de los clientes extranjeros».
A su vez, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha recordado en reiteradas ocasiones que el embargo de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos contra Moscú ha creado una buena oportunidad para los países de América Latina a la hora de incrementar sus cooperaciones con Rusia.
«Ahora estamos trabajando con otros productores, países de América Latina, Brasil, Argentina, Chile, y países socios orientales como China», dijo Putin hace poco, y consideró «irrisorio» que los Gobiernos europeos puedan convencer a los países latinoamericanos que no exporten sus productos al mercado ruso.
A ella, agregó: «Es difícil imaginar que los hombres de negocios no aprovechen la ocasión para acceder a nuestro mercado». Por otra parte, advirtió a los proveedores y compañías europeos que será muy difícil volver al mercado ruso, tras la ocupación de las empresas latinoamericanas.