Efecto Temer: La bolsa de Brasil deja de operar tras caída del 10%
Tras la difusión de un audio donde se escucha decir al presidente de Brasil, Michel Temer, que es preciso callar a uno de los principales implicados en el caso de corrupción Petrobras (el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha), la bolsa de valores de ese país dejó de operar, en vista que perdía más de un 10% en el inicio de la sesión.
Las operaciones fueron suspendidas a las 10:21 hora local, cuando el índice brasileño Bovespa se hundía un 10,47%, hasta situarse en los 60.470 puntos. Además, en las primeras operaciones del día, las acciones de Petrobras se hundieron un 20%; las de Bradesco, un 17,6%; las de Itaú Unibanco, un 19%; las de Vale, un 10,4%; y las de Banco do Brasil un 24,6%.
Como consecuencia de ello, el real (moneda brasileña) se ha visto afectado, con una devaluación de casi un 6% frente al dólar. Mientras tanto, en Argentina, el dólar cotiza en las pizarras de bancos y casas de cambio a 15,65 pesos para la compra y por encima de los 16 pesos para la venta, con una subida superior a los veinte centavos con respecto a ayer.
La crisis política en Brasil es tal, que está teniendo impacto en los mercados de Latinoamérica, donde la economía argentina es clave en este entramado. Tal y como explica ‘Infobae’, «una crisis política en el principal socio económico y comercial del país derivaría en un enfriamiento en la mayor economía del Mercosur, y en consecuencia, perjudicaría a la Argentina».
En tanto, Temer se enfrenta a una petición de ‘impeachment’, tras verse involucrado en el escándalo de corrupción de Petrobras, merced al audio antes mencionado. «Hay que mantener eso, ¿ok?», se escucha a Temer en la grabación, mientras habla con los dueños de la empresa JBS, Joesley Batista y Weisley Batista, que confesaban que destinaban mensualmente un importe a Cunha para que no hablara.
La revelación, hecha por el diario O Globo de Brasil, pareciera poner más cerca un inesperado final: la salida del mandatario, quien llegó al poder tras el «impeachment» contra Dilma Rousseff, mediante ese mismo mecanismo.
El problema, sin embargo, va más allá de un eventual cese del cargo. La gran pregunta es quién lo reemplazará. Los escenarios son sombríos en vista de la escasa popularidad del mandatario, la exigencia de unas elecciones directas, la fórmula constitucional que prevé comicios indirectos y los líos que tienen con la ley sus probables sucesores.