Rusia y China dejan atrás en carrera armamentista a Estados Unidos
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que usa las oficinas del Pentágono, está en seria desventaja con las dependencias semejantes de los gobiernos de Rusia y China, que muestran un voraz apetito por las nuevas tecnologías militares, con las cuales podrían ganar fácilmente una eventual guerra en el Pacífico Occidental.
Los generales y almirantes del Pentágono estarían especialmente preocupados por el ambicioso plan de modernización militar de China, que viene invirtiendo en la adquisición o desarrollo de tecnologías que involucran la realidad virtual, los robots, la inteligencia artificial y también sofisticados algoritmos predictivos.
Y es que en el Pentágono se continúan buscando métodos tradicionales de innovación, trabajando con un grupo limitado de empresas de la industria de defensa, cuyo modelo de negocio hunde sus raíces en la contratación pública; algo que es ineficiente y, más bien, contraproductivo para sus intereses militares.
China, mientras tanto, «está comprando la tecnología a un ritmo rápido», señala Tim Greeff, empresario tecnológico que ahora es CEO del National Security Technology Accelerator, consorcio sin ánimo de lucro que conecta las agencias gubernamentales de Estados Unidos con el sector privado.
Asimismo, refiere que las corporaciones multinacionales como Google y Facebook y los compradores gubernamentales de países como China centran sus esfuerzos en áreas como la robótica y la inteligencia artificial, dejando atrás a Estados Unidos. En ese sentido, refiere que «es seguro que si obtienen primeros la tecnología, serán primeros en obtener la ventaja» en determinadas situaciones.
Por ejemplo, con los sistemas de realidad virtual, el entrenamiento de las fuerzas militares chinas podría ser más preciso y rápido; de igual modo, utilizando la tecnología avanzada de propulsión del sector espacial, podrían fabricar misiles capaces de llegar a cualquier parte del mundo en una o dos horas, etc.
Para Sandra Erwin, columnista del diario estadounidense The National Interest, los líderes del Departamento de Defensa estadounidense saben qué necesitan los militares para modernizarse y mantenerse por delante de otras potencias; sin embargo, el sistema de compra del Pentágono es un importante obstáculo.
El problema, añade, es que el Pentágono tiende a querer trabajar con contratistas establecidos que hablan ‘el idioma del Gobierno’, y que la mayoría de los contratistas federales no está motivada para traer tecnología de vanguardia. «Ganan mucho dinero haciendo lo que hacen», explica Erwin.