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No hay primero sin segundo tomo: “Los cuentos de mi tierra”

Actualizado: 10 mayo, 2017

Guillermo Vásquez Cuentas

Rogelio Bermejo Ortega, médico puneño de amplia trayectoria profesional en Puno, el Perú y el extranjero, nos obsequia el segundo volumen de su libro “CUENTOS DE MI TIERRA”. Tanto en el primero como en éste, narra con prosa sencilla pero elegante un conjunto de anécdotas sobre hechos de los que fueron protagonistas personas y personajes que conoció durante su intensa y fructífera vida profesional al servicio de su pueblo. El Segundo Tomo al que nos referimos será presentado el próximo 24 de mayo en horas de la noche, en Brisas del Titicaca. Adelantamos algunos breves –y sabrosos- apuntes que en él aparecen.


EL INTERNADO DEL PROFESOR RUBINA
El Profesor Rubina del Colegio San Carlos de Puno, tenía en su casa, un internado para alumnos provincianos, en esos años de 1930. Los muchachos internos, preocupados por su compañero Cáceres que orinaba con dificultad y dolor, resolvieron avisar al Profesor este hecho, pese a la oposición del enfermito. Cuando el profesor llamó a Cáceres, y éste le dijo que casi una semana tenía esas molestias y que creía que su enfermedad se debía a que una vez orinó contra el viento. El Profesor Rubina le dijo: Vaya de mi parte donde el Enfermero Escalante, para que le curen esa «purgación».

En ese mismo internado, doña Consuelo esposa del Profesor Rubina, una dama gordita y bonachona, había contratado como «ayudante de cocina» a una campesinita que tenía libre los días domingo, pero debía retornar a las ocho de la noche. Uno de esos domingos la campesinita llego cerca de la medianoche, doña Consuelo que la esperaba le preguntó qué le había pasado y ella le dijo: «Perdóname mamita, unos soldaditos se me han soplicado por eso he tardado». Doña Consuelo, entre enfadada y risueña le dijo: «Chola cochina, anda a dormir».

CHANQUITA ORTIZ
“Chanquita” era Inspector del Colegio, socio del Club Kuntur y una persona muy especial por su manera de ser. Cuando Chanquita dirigía el campeonato de Villar en el Club, en segunda categoría, había campeonado el doctor Jetulio Valdivia, y en segundo lugar estaba el doctor Rosendo Berdejo. Chanquita anotó en la pizarra: «Campeón doctor Jetulio Valdivia. Ex-campeón doctor Rosendo Berdejo».

Otra de Chanquita: En una noche de febrero, llovía a cántaros. Chanquita había ido a visitar a sus sobrinas y la lluvia le sorprendió en casa de ellas. Las sobrinas le pidieron que se quedara a dormir. Chanquita casi a la fuerza aceptó la invitación. Pero al rato, las sobrinas no lo encontraron a Chanquita y comentaron la testarudez del tío. Sin embargo, después de una media hora más o menos, tocan la puerta, y era Chanquita. Las sobrinas asombradas le preguntaron porque había salido en tanta lluvia, y Chanquita les contestó: «Como me pidieron que me quede a dormir, he ido a mi casa a traer mi pijama».

Una más, Chanquita, viajó por primera vez a la fiesta de la Virgen de Copacabana en la frontera con Bolivia, que se celebraba los seis de agosto de cada año. Cuando volvió, sus familiares le preguntaron, que tal estuvo la fiesta. Él les dijo que era muy buena, bien concurrida, una linda procesión de la Virgen, y también un gran desfile de los soldados del lugar. “Pero estos bolivianos siempre son más atrasados que nosotros, porque recién el seis de agosto habían sabido festejar el 28 de julio».

EL DIPUTADO MACEDO
El Diputado Macedo, era el Diputado Provincial por Carabaya (Puno). En la Cámara de Diputados de entonces, se discutía un asunto importante cuya solución, la mayoría de los representantes querían postergar lo más posible.
El Diputado Macedo estaba con el uso de la palabra y ya había perorado más de tres horas. En su disertación comenzó a hablar de «Espacío-tiempo-histórico», un aspecto de la doctrina aprista. Esto irritó a un diputado aprista muy impetuoso que le llamaban «el loco De las Casas», quien le pidió una interrupción al Diputado Macedo a quien le dijo: «lo que pasa, es que el señor Diputado Macedo no ha digerido «el Espacio-tiempo-histórico». Macedo, inmediatamente le respondió: «tan es que lo he digerido, señor Diputado, que ha seguido su curso normal», (risas y protestas).

LOS HUANCANEÑOS Y EL DIPUTADO APAZA TOQUE

Los huancaneños son aimaras muy bravos, por eso les dicen «mata curas». Resulta que un campesino del distrito de Conima Apaza Toque, con mucho sacrificio estudió la Instrucción Secundaria en el Colegio Nacional de San Carlos de Puno, él era un buen alumno y casi siempre «campeón» de la «Maratón» que se corría entre la ciudad de Puno y la Granja Salcedo, en todas las festividades del Colegio. Por estas cualidades era bien considerado, y aún admirado por los sacrificios que hacía para estudiar en Puno.  Apaza Toque hizo más, estudió Derecho en Lima en la Universidad Mayor de San Marcos, quería ser Abogado para servir a su gente.

Logró sus propósitos, y al terminar sus estudios, cuando regresó a Conima, lo festejaron tres días, y se ganó la admiración de toda la provincia, se volvió un ciudadano muy querido y popular. Él quiso aprovechar esta situación y lanzó su candidatura para «Diputado Provincial» por Huancané; naturalmente que lo eligieron por una gran mayoría. Ya en Lima como Diputado, no despegó por falta de experiencia e ideas, por su origen y su vida sacrificada.

En una ocasión (estamos hablando del siglo pasado) en que los diputados solicitaban «máquinas cinematográficas» para sus pueblos, Apaza hizo lo mismo para Conima, los que conocían el pueblo, le saltaron agresivamente y le dijeron: «cómo se atreve a hacer esa petición, si Conima no tiene luz eléctrica».

Cometió otros desatinos y de diputado no hizo nada. Naturalmente los huancaneños percatados de esos desatinos comenzaron a criticarle y hasta a repudiarle; su antigua popularidad se fue por los suelos.

Pero el «cholo» testarudo, quiso repetir el plato, y antes que intentara lanzarse como diputado «por segunda vez», como advertencia, a la entrada de Huancané, en la pared del «Cementerio» le pusieron una nota en letras «rojas» y en un «recuadro», que decía así:

«Apaza no pasa»
Y si pasa,
Aquí está su casa.
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ROGELIO BERMEJO ORTEGA
Ilave- Puno, 1923

Estudió en el Centro Escolar 895 de llave, y en el Glorioso Colegio Nacional de San Carlos de Puno.
Médico – Cirujano por la Facultad de Medicina de San Fernando de la Universidad Mayor de San Marcos.
Médico Sanitarista por la Facultad de Higiene y Salud Publica de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).
Doctor en Medicina, y Especialista en Administración de Salud, por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Estudió Planificación Estratégica en Salud en la Escuela de Salud Publica del Perú; y Desarrollo Económico – Social y Fecundidad en la Universidad de Chile.
Es autor de cinco libros y coautor de tres, todos referentes a Salud Pública.
Este es su segundo libro de cuentos.


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