La nueva primera dama de Francia es 24 años mayor que el presidente
“Hagan lo que hagan, me casaré contigo”, escribió el joven Emmanuel Macron cuando sus padres, hace más de dos décadas, se enteraron del idilio que tenía con su maestra de instituto, Brigitte Trogneux, quien es hoy su esposa y primera dama en el Palacio el Elíseo, en Francia.
Macron, entonces con 17 años, y Trogneux, con 41, se habían conocido dos años antes, en un taller de teatro que ella dirigía en un instituto de Amiens. Según refieren algunos testigos del hecho, la profesora quedó «totalmente cautivada» con la inteligencia de Emmanuel.
Sin embargo, fueron separados por los padres de él. Pero un año después, cuando él obtuvo la mayoría de edad, volvió a Amiens, a buscarla, a pesar que ella estaba casada, tenía tres hijos (dos de ellos mayores que Macron), y una vida prácticamente encaminada.
Según se dice, ambos fueron amantes por un buen periodo de tiempo, hasta el 2006, cuando ella decide al fin divorciarse de su primer marido, el banquero André-Louis Auzière. Un año después, cuando él cumplió 30 y ella 54, decidieron casarse, en el Ayuntamiento de Touquet.
Las palabras del futuro presidente de Francia, tras su unión matrimonial, fueron de agradecimiento para los hijos de ella: Sébastien, Laurence y Tiphaine, quienes unos años después serían parte fundamental de la campaña presidencial de Macron.
En tanto, sobre su esposa, dijo: “Cada una y cada uno de vosotros han sido testigos, a lo largo de los últimos trece años, de lo que hemos vivido. Lo han aceptado y han contribuido a que seamos lo que somos hoy. Es decir, algo que no es muy común, una pareja que no es del todo normal –incluso a mí no me gusta este adjetivo-, pero una pareja que existe, y esto es gracias a vosotros”.
Con esta boda, Macron se negó a la paternidad, pero se hizo parte de la familia de su esposa, quien para entonces tenía siete nietos. Así, como un abuelo prematuro, y siempre aleccionado por ella -de acuerdo a las versiones de quienes los han visto juntos-, fundó el movimiento ¡En Marcha!, con el que poco tiempo después ganaría la presidencia de Francia.
Brigitte Trogneux, nacida en el seno de una reputada familia de chocolateros en la región de Amiens, calificada por muchos como “burguesa”, de esta forma, ha roto muchos y variados estereotipos, convirtiéndose después en la primera esposa que hace campaña, literalmente, con su marido.
Algo que este reconoce abiertamente, por lo que ha prometido que Brigitte “tendrá un verdadero papel, un lugar, una exigencia no disimulada, no estará detrás de un mensaje en Twitter –haciendo alusión a Valérie Trierweiler, expareja de Hollande- ni en un escondrijo”.
En tanto, la ahora Primera Dama siempre tuvo claro que quiere dedicarse a la educación y la cultura, especialmente en los barrios periféricos. «Como profesora, conozco bien a los jóvenes. Mi combate será la educación», dijo.
El gobierno de Macron, pues, será de dos frentes: por uno irá él y por el otro su esposa. Algo semejante, en la práctica, a lo que hizo Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, en el Perú, aunque en este último caso todo se dio de forma sorpresiva, incluso -según mucho- para el propio líder nacionalista.