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Patricia Benavides, vida prestada y obra copiada de la Fiscal de la Nación

Actualizado: 3 mayo, 2023

LAPATRIA

La Fiscal de la Nación y una de las mujeres más poderosas del país, Liz Patricia Benavides Vargas, carga una serie de revelaciones y denuncias como el de las tesis perdidas, su relación con los «Cuellos blancos», los nexos de su hermana con narcotraficantes, sus relaciones con poderosos empresarios mineros, sus empresas deudoras y más.

Su trayectoria es revela cómo funciona la «meritocracia» a la peruana y qué papel tuvieron sus familiares, amigos, compadres y los poderosos auspiciadores.

Un soplo y una fuga

La ficción norteamericana a retratado la putrefacción de instituciones, la infiltración de la delincuencia, la toma de puestos clave, las luchas por el poder y la pérdida total de los valores morales.

En el Perú, la realidad supera todo guion. Para muchos, la trayectoria y el ejercicio del poder de la menuda Liz Patricia Benavides Vargas como Fiscal de la Nación es la perfecta muestra de ello.

La primera vez que se supo sobre ella fue en el año 1996 en Huancavelica donde, a raíz de una serie de denuncias por peculado y concusión, un juez ordenó la captura de la alcaldesa y sus 19 regidores.

La alcaldesa era la maestra Emma Vargas de Benavides, madre de la futura fiscal de la nación quien, en ese entonces, a sus 27 años trabajaba como fiscal en la misma ciudad y pudo enterarse de la orden de captura.

El periodista Luis Pariona refiere advirtió a su madre vía fax permitiendo su fuga junto a varios de sus regidores.

Ocho años después, en el 2004, Patricia había logrado un puesto en Ica y preparaba su salto a Lima. Entonces, su madre entró nuevamente en escena.

La matriarca había dejado atrás los malos recuerdos de Huancavelica y se había instalado en una cómoda curul del Congreso de la República.

Según los periodistas Ana Vélez y César Romero ella fue clave para que la menor de sus hijas sea designada como Fiscal titular en Lima sin concurso ni procedimiento a pesar de la gran cantidad de competidores.

En paralelo, las hermanas de Patricia, Emma Rosaura y Rosa Ruth también empezaban carreras exitosas en el sistema de justicia. La cuarta hermana, María Violeta tomó un camino distinto estudiando medicina.

La empresaria

Además de la búsqueda de un mejor puesto, Liz Patricia desarrollaba, lo que parece, una exitosa faceta empresarial.

Poco se habló de las cuatro empresas que la tienen como importante accionista: Ingeniería y Construcciones Chihuán, Envasadora San José, Grupo H2Osana y José y, para darle sabor a sus negocios, una cevicheria llamada El Rincón del Mero.

Construcciones Chihuan obtuvo jugosos contratos con empresas mineras desde el año 2007, en especial con el grupo Buenaventura, tal como lo demuestran los documentos obtenidos por el investigador Gino Román quien tiene el crédito por revelar los nexos económicos de la fiscal.

Si embargo, no se trata de una relación puramente económica pues, en el año 2011 en la fastuosa boda de su hermana Enma Rosaura, la jueza señalada responsable de liberar narcotraficantes, el padrino de los novios fue, nada mas y nada menos que, Roque Benavides el rostro visible de Buenaventura.

En esa boda, se encontraban abogados, políticos y poderosos empresarios del rubro construcción, minería y energía, tal como lo refiera la periodista Sonia Suyón.

Evidentemente, las hermanas Benavides, tienen poderosos amigos y prefieren a los varones extranjeros para casarse, gusto que comparten con algunas personalidades políticas.

Patricia, casada con un ingeniero chileno, tampoco le faltó a la tradición empresarial de hacerle perro muerto al fisco.

La envasadora San José debe S/ 30 mil soles por impuestos, mientras que Chihuan carga una deuda de 134 mil soles y no se trata de empresas insolventes.

Doctora récord

El 2011 fue un buen año para las hermanas Benavides. Mientras Emma tenía una boda de ensueño en febrero, en junio, Patricia asumió el cargo de Fiscal Adjunta Suprema adscrita al despacho de la Fiscalía de la Nación.

Desde este punto, le bastó tres años para ser jefa del Área de Coordinación de Estrategias contra la Criminalidad y tenía el rango de fiscal adjunta suprema.

Fueron los años donde era exitosa en lo profesional, próspera en lo económico y, también, brillante en lo académico… al menos según la Universidad Alas Peruanas.

Los registros indican que sustentó su tesis de maestría el 18 de julio del año 2008 y el de doctorado el 4 de diciembre del año 2009. Para eso, tuvo que asistir a cursos de elaboración de tesis. Los otros asistentes no la recuerdan y uno sus jurados, igual.

Harían falta tres cerebros para cumplir un delicada función en el Ministerio Público, vigilar la marcha de varias empresas y, ejecutar investigaciones de alto nivel en menos de dos años.

Para la congresista Susel Paredes, la explicación es simple: o nunca hizo sus tesis o la plagió; no hay más, las tesis debería tener cinco copias y nadie da con una sola. La fiscal podría zanjar el tema mostrando sus propios ejemplares pero no lo hace.

Cadena de favores

Con el doctorado bien o mal conseguido, Patricia continuó ascendiendo en la Fiscalía. En esas alturas del ministerio público, valen las recomendaciones y favores, los compadrazgos y dependencias, tal como lo reveló la fiscal renunciante Rocío Sánchez.

El operador político de derechas, Fernando Rospigliosi escribió en el año 2019 que Patricia le dio una mano a Rafael Vela y consiguió que lo nombren fiscal superior.

Luego, cuando Vela se hizo conocido y prestigioso, presionó a la entonces Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos para que nombre a Patricia como fiscal suprema. Como para darle razón a Rospigliosi, Vela sepultó su prestigió apoyándola incondicionalmente.

De esta etapa data su cercanía con los, llamados Cuellos Blancos del Puerto. Patricia trabajaba hombro con hombre con el fiscal encubridor, Pedro Chávarry.

En el año 2018 se desempeñaba como fiscal adjunta Fiscalía de la Nación y al Área Especializada en Denuncias contra Magistrados.

Ese año se dieron las 12 llamadas entre ella y el encarcelado expresidente de la Federación Peruana de Fútbol, Edwin Oviedo y siete comunicaciones telefónicas con Antonio Camayo, dos rostros visibles de los Cuellos Blancos del puerto.

Manzana podrida en caja podrida

La llegada de Patricia a lo más alto del Ministerio Público se dio en medio de su peor crisis institucional.

En el año 2021, la fiscal Rocío Sánchez, responsable del caso Cuellos Blancos, renunció denunciando que su institución estaba tomada por un grupo de personas con intereses comunes.

Su compañero Hamilton Montoro también renunció, pidió garantías para su vida y señaló al fiscal Rafael Vela como un operador de Zoraida Ávalos y el nexo entre Odebrecht y el Ministerio Público.

Meses después, en junio del año 2022, Patricia Benavides fue elegida fiscal de la Nación tras una reunión de la Junta de Fiscales Supremos y la selección de la Junta Nacional de Justicia.

El puntaje era tan ajustado que si no obtenía 100 puntos en la evaluación curricular, no lograba imponerse ante sus competidores. Suerte que compartió con Cesar Hinostroza quien también obtuvo 100 puntos en evaluación curricular cuando postuló para Juez Supremo.

En menos de 48 horas surgieron serias dudas sobre su solvencia moral , en especial siendo la hermana de una jueza investigada por liberar narcos.

Un huayco en la fiscalía

Los peores pronósticos se cumplieron. Un mes después de que Patricia Benavides asuma el puesto de Fiscal de la Nación, la fiscal Bersabeth Revilla fue removida de su puesto y, pocos días después renunció, dejando entre otros, la investigación a Emma Benavides en otras manos.

El fiscal anticorrupción Martín Salas Zegarra, parte del equipo a cargo del caso «Cuellos Blancos» también renunció denunciando por redes sociales, una serie movimientos extraños al interior de la institución que abandonaba.

Otro renunciante fue Víctor Cubas Villanueva a cargo del equipo de fiscales que investigaba a los Cuellos Blancos.

Del otro lado, Patricia colocó a su asesor de tesis en un buen cargo, prohibió que los fiscales briden declaraciones, descabezó la fiscalía de derechos humanos, suspendió la labor de los peritos y dio directivas para tratar a los protestantes exactamente como a senderistas.

Además, cambió cuatro veces al fiscal encargado de investigar las muertes en Juliaca, le quitó el caso a la fiscal que logró buenos avances sobre las muertes en Ayacucho y puso al frente de los casos a fiscales sin especialidad en investigar este tipo de hechos.

En el camino, el fiscal Uriel Terán, designado para investigar a su hermana, pidió el archivo definitivo de la investigación a la hermana de su jefa y luego le dieron vacaciones.

Para muchos, la llegada de Patricia a lo más alto del Ministerio Público fue como un huayco que sepultó todo lo bueno que se mantenía a pesar de varias décadas de corrupción generalizada. Para otros, Patricia es una heroína en la lucha contra la corrupción.

Saludo a la bandera

La Junta Nacional de Justicia, ha iniciado tres investigaciones preliminares contra ella: uno por interferir en la investigación en contra de su hermana, otro por sus comunicaciones con Cayo y la última por recibir un homenaje de parte del, investigado por lavado de activos, Rafael López Aliaga.

Está pendiente la denuncia sobre la validez de sus títulos iniciada por la congresista Susel Paredes.

Las investigaciones entre magistrados y fiscales suelen ser un saludo a la bandera y mientras tanto, el peruano tiene ver cómo su confianza en obtener justifica de su sistema de justicia se desmorona lentamente al igual que su confianza en las autoridades y su sistema político.


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