La primera sentencia de la historia por apología al terrorismo en redes sociales fue celebrada por un sector de la prensa; pero se trataba de simpatizante fujimorista que colgó un video sobre Abimael Guzmán con el ánimo de mostrar que el «terrorismo sigue vivo».

Se trata de joven de 22 años, Rodrigo Benites Silva quien compartió un video de 12 minutos que contiene pasajes de un discurso de Abimael Guzmán y es una clara apología a Sendero Luminoso.

Sin embargo, cuando el periodista Bruno Amoretti revisó su perfil y publicaciones anteriores, descubrió que no se trataba de un joven fanatizado por el discurso maoísta, sino todo lo contrario: era un ardiente fujimorista.

Otras publicaciones

En efecto, el mismo día de la publicación que lo condenó, Rodrigo Benites publicó otro video sobre la matanza de «Luccanamarca» compartida por la página de Facebook, «Nunca Más terrorismo».

Día antes publicó fotografías de Pedro Castillo con el texto: » Las peligrosas relaciones entre Pedro Castillo y el Movadef, Brazo Político de Sendero Lumionoso».

Se debe tener en cuenta que eran días en los que Pedro Castillo y Keiko Fujimori disputaban votos en la campaña electoral de segunda vuelta.

Un poco más antes, publicó otra fotografía de Guillermo Bermejo en la cual se indicaba que, según el programa Beto A Saber, se trataba de una reunión del congresistas con un miembro del MRTA.

Si hay dudas también publicó un video que titula: » Alberto Fujimori: cómo salvó al Perú del terrorismo»

El mensaje

Tratándose de un caso que tiene la atención al público y, en una coyuntura donde el «terruqueo» dejó de ser solo violencia verbal y se asocia al abuso del derecho penal, queda claro que no se trata de un error o negligencia.

Si se condena a alguien por el solo hecho de compartir, entonces se anuncia que la persecución será implacable lo que, para especialistas, trae el peligro de que se castiguen ideas y no actos.

Las Naciones Unidas definen claramente que la apología tener elementos determinados y, a continuación son explicador por la abogada Mar Pérez: “El primero es que la persona acusada haya tenido la intención de incitar a otros a cometer actos violentos. Y el segundo es que exista un riesgo real de que, a partir de este acto, terceras personas lleven a cabo actos terroristas».

La abogada resalta lo siguiente: «Si no se cumple esto, estamos ante una violación de la libertad de expresión”.

Más penado que un homicidio

En el código penal, cuando la apología se hace mediante tecnologías de la información o algún medio de comunicación social, la pena es de ocho a quince años.

En el caso del homicidio simple, la pena será no menor de 6 ni mayor a 20 años.

Es decir, legalmente, acuchillar a alguien puede salir «mas barato», que hacer click en «compartir» una publicación con la que, tal vez, uno ni siquiera esté de acuerdo.