Sábado, 23 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

El «falso detenido», ambulancias atacadas y otros métodos de policías infiltrados en la protesta

Actualizado: 23 enero, 2023

LAPATRIA

Durante las marchas contra Dina Boluarte y el congreso, los ciudadanos peruanos pudieron recoger videos que exponen la actuación de los «ternas», (policías infiltrados en las protestas) maniobrando para incriminar a los ciudadanos y para desencadenar hechos violentos.

Además, se han podido distinguir los métodos a los que recurren además, del ya conocido sembrado de pruebas.

Falso detenido

Los efectivos policiales fingen detener a un protestante cualquiera como se registró en diciembre en la ciudad Lima. El detalle es que es escándalo es mayúsculo e intervienen hasta seis personas para reducir a solo un individuo.

En ese caso, hay un periodista cerca que le pregunta su hombre repetidas veces pero no hay respuesta, solo gritos.

Existe otro registro donde un supuesto detenido, es embarcado en una moto sin que aseguren que no escapen. Nuevamente el periodista le pregunta por su nombre y no hay respuesta.

El objetivo es generar indignación entre los manifestantes al ver cómo es que se detiene a un elemento supuestamente perteneciente a su grupo.

Ternas pirotécnicos

El uso de una lanzadera para lanzar «avellanas» o bombardas fue grabado por un niño que tuvo el valor de asomarse por la puerta de su casa cerca del aeropuerto de Juliaca y captar a dos «ternas» en acción.

Los mismos jóvenes fueron captados muy cerca de allí recibiendo los pirotécnicos de policías uniformados.

Cabe indicar que estos jóvenes también fueron «detenidos», el fatídico 9 de enero en Juliaca y liberados por sus compañeros para que sigan actuando en las filas de los protestantes.

De igual manera se captó videos del mismo procedimiento en Andahuaylas y Ayacucho donde los ciudadanos captaron imágenes de supuestos protestantes usando dichas lanzaderas a metros de policías uniformados.

Esto se captó en Juliaca el nueve de enero/ Difusión.

Los actores

Su función es preparar el terreno para la actuación de la fuerza oficial.

Poco antes de la llegada de los ciudadanos aimaras a la ciudad de Puno, el 9 de enero, varios agentes recorrieron las calles indicaron a los transeúntes que los habían golpeado y que «estaban actuando como terroristas».

El mismo método fue descubierto en Lima cuando un grupo de personas identificados como «ternas», le dijeron a las personas que los detenidos en San Marcos eran terroristas.

Una mujer fingió haber sido golpeada mientras otro fingió ser un vecino indignado por lo que no había ocurrido ante cámaras de televisión.

Tira la piedra y esconde la mano

Los peruanos también pudieron detectar la presencia de policías infiltrados en filas de protestantes quienes, se confunden entre los protestantes y desde ahí lanzas piedras.

En Lima, captaron al mismo sujeto lanzando piedras a las unidades de transporte público y, poco después, participando de la detención de un joven protestante.

En Ollantaytambo los ciudadanos identificaron a un desconocido que arrojó piedras hacia la policía mientras ellos marchaban. Tan pronto se vio descubierto, él se dirigió hacia una base policial a toda velocidad.

Incendios y saqueos

Las evidencias más solidas de la provocación deliberada de incendios y saqueos datan del fin del gobierno de Fujimori con el incendio del Banco de la Nación.

El uso de bombas incendiarias de fabricación cacera, y la actuación sigilosa entre los manifestantes es la característica común.

El objetivo es cambiar la percepción de la opinión pública sobre una marcha al transformarla ante la vista de la ciudadanía de una reivindicación a un acto delictivo o terrorista.

En Abancay quedó registro de jóvenes que apedrearon y posteriormente incendiaron la sede del Poder Judicial, los cuales fueron captados poco después lanzando piedras junto a personal policial.

Cabe indicar que se reportaron incendios sospechosos a casetas de peajes y otras instalaciones en Tacna, Puno, Cuzco, Andahuaylas y Ayacucho.

El lado incriminador

La utilidad de estos operativos no queda allí sino que sirven para la persecución penal y judicial de los implicados en protestas y otros actos.

Antauro Humala fue responsabilizado de la muerte de cuatro policías durante el Andahuaylazo , en un proceso penal plagado de irregularidades pues fue sin reconstrucción de hechos, con pruebas de absorción atómica que contradecían las acusaciones y otros.

Walter Aduviri, líder visible del Aimarazo también fue responsabilizado del incendio de Aduana, Fiscalía y otros edificios, de igual manera, en un proceso penal plagado de irregularidades.

Policía política

Esto, arroja la pregunta sobre el real propósito de las unidades como la Dircote y la Dino en la policía pues, en un país donde campa el crimen organizado, su atención está centrada en líderes sociales y políticos.

Además, sus métodos son directa herencia de los años en que Vladimiro Montesinos era el jefe máximo y real del desaparecido Servicio Nacional de Inteligencia.


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