Guerra Rusia y Ucrania: ¿es necesario enderezar el timón del Perú?
El rumbo neoliberal trazado por el Ministerio de Economía y que, el gobierno actual hizo suyo, como marco macro económico multianual para su periodo de mandato, tenía supuestos y proyecciones que, a la fecha, han cambiado. Su derivado, el presupuesto fiscal 2021-22, también necesita ser reestructurado en concordancia con el nuevo panorama mundial, y sus efectos en nuestro país.
Todo indica que habrá un reordenamiento mundial tras la guerra hegemónica. En esta perspectiva, las prioridades estratégicas y las necesidades de atención deberían reclasificarse, pues las prioridades y necesidades han variado. Las tendencias señalan peligros mayores que nos obligan a decisiones de prevención y preparar nuestras defensas de protección. El hambre y la delincuencia se agudizarán sino no se atienden las causas que lo originan.
Cuando el neoliberalismo se adueñó del Perú, todas las empresas estatales fueron desinstaladas incluyendo las de fertilizantes. Ahora que nos hace falta, recién pensamos en tener industria propia de insumos para la seguridad alimentaria. El neoliberalismo y la corrupción nos encaminaron por la ruta de la importación de alimentos y se desmontó la producción nacional de trigo, con sus instalaciones de harina. Hoy tenemos inmensos campos abandonados por la migración que causó.
Todas las praderas alto andinas están despobladas de ganado vacuno y ovino, al haber sido desplazados por el consumo de pollo de crianza industrializada, que no solo incrementa sin cesar nuestra dependencia del maíz importado, sino que destruyen nuestros bosques, para abastecer de carbón a las pollerías. Y este hábito de consumo importado crece día a día, con el aumento de la población.
El alto costo del pan, fideos y otros derivados del trigo importado, quizá nos haga reflexionar para recuperar lo que hemos perdido y eso, significa modificar los supuestos macroeconómicos y el presupuesto fiscal con miras a cubrirnos de las consecuencias del conflicto que cada día involucra más ámbitos. Entonces, pensando en lo que se viene, tenemos que dar un golpe de timón para enderezar nuestro rumbo.
Por el momento Rusia resiste la carga montón del bloque occidental liderado por EE UU, sin necesidad de pedir ayuda a China, con la que tiene un tratado de mutua defensa. Pero podría llegar el momento, y China tiene todo preparado para eso. Ya tiene cantada las amenazas si presta ayuda a Rusia. Hay pues, el temor de que el conflicto se expanda hacia una tercera guerra mundial y cada potencia, busca ganar tiempo, para forzar un desenlace que lo favorezca.
Si, solo con las sanciones anti rusas, estamos sufriendo bastante, es de imaginarse lo que sucederá si China es objeto de sanciones similares. China es nuestro mayor cliente para nuestras ventas y compras. El 62% de nuestras exportaciones mineras van a este país. El 18% de los proyectos mineros son de inversiones chinas, aparte de las inversiones en energía, comercio, comunicaciones, y demás. Muchos usamos productos Huawei y el bloqueo anti chino nos causará muchos males.
Según reporte del Centro de Investigación de ADEX, en lo que va del año, China ha sido el principal proveedor para Perú, con el 29.6% del total importado. Las computadoras y tablets fueron sus principales productos, con alza de 13.8% a marzo 2022. Ver cuadros ilustrativos.
Hemos tenido récord de importaciones. El reporte de ADEX dice: “Exceptuando los hidrocarburos, Corporación Aceros Arequipa S.A (sidero-metalúrgico) fue la mayor importadora con US$ 256.1 millones, debido a las mayores compras de chatarra de hierro, mayoritariamente de China”. El sector construcción sería el más afectado y los precios se incrementarían.
Hay motivos suficientes para reprogramar el actual presupuesto y considerar todo esto, en el nuevo presupuesto fiscal que se presentará en agosto. Ya los organismos internacionales, pronostican retracción económica en todo Latinoamérica y que Perú, tendría apenas un crecimiento menor a 3%. Esta paralización agudizará el malestar social. Entonces, hay que tomar las medidas oportunas, incluyendo las tributarias a las supe ganancias de unos, para balancear las carencias de otros.
Enderezar el timón, es también, corregir políticas de Estado. En una nueva perspectiva, deberíamos corregir el empobrecimiento, descapitalización y falta de rentabilidad agraria, porque eso, repercute en la seguridad alimentara nacional. Estamos en plena cosecha papa y después de seis meses de trabajo en condiciones paupérrimas en una geografía agreste, al agricultor se le viene pagando S/. 0.50 por kilo.
Sin embargo, durante los tres primeros meses de 2022, Perú importó principalmente de Europa, 7.005.973 kilos de papas pre fritas por un valor CIF de US$ 6.899.076, (Alicorp SAA con US$ 126.482) lo que equivale a pagar un dólar por kilo. ¿Esto les parece racional? Y esto, que tenemos un presidente que funge de campesino.
Hay pues, razones de sobra para enmendar nuestras proyecciones enderezando el timón del país. Desde que perdimos el timón de la patria originaria, tenemos un rumbo desviado. Hemos perdido el control de lo nuestro y la suerte de las generaciones históricas, ha dependido siempre de conductores que responden a intereses distintos a los de nuestro país.
Nos enfrascamos en debates estériles, mientras el barco va a la deriva. También somos culpables de lo que sucede y sucederá, porque somos permisivos. Solo nos quejamos ante el muro de los lamentos. ¿No les parece que debemos cambiar de actitud y ser más protagonistas en nuestra historia? O no.