Tras décadas de boicot, refinería de Talara arranca operaciones para producir gasolina y diésel
Luego de la amarga experiencia del gas de Camisea y con el petróleo como manzana de la discordia en el mercado internacional, el inicio de las operaciones en la nueva refinería de Talara es una oportunidad para el manejo responsable de los recursos públicos o el despilfarro y la corrupción estatal.
Aunque no hubo un anuncio oficial, el especialista Jorge Pizarro indicó que el día martes 12 de abril, a las cuatro de la tarde, se iniciarán las pruebas de funcionamiento de la nueva infraestructura.
Pedro Castillo está llamado a iniciar la secuencia de encendido de las luces del complejo en lo que promete ser un golpe publicitario si es que su entorno maneja bien la difusión del acto.
El problema del combustible
La publicación Rumbo Minero informó que el Perú gasta 60 millones de soles diarios en importar combustible para su consumo interno.
La exploración de petróleo es una actividad poco alentadora en el Perú pues, durante años resultó más barato importar combustible aunque, para muchos, como Humberto Campodónico, se trata de un boicot.
La refinería podrá procesar el llamado «crudo pesado» que es mucho más barato y abundante que el petróleo que se extrae en otros países.
Durante año Chile le vendió al Perú miles de galones de combustible refinados en este país (con todos los beneficios económicos) a pesar de que hace años el país sureño no extrae crudo pues no tiene de dónde.
Un «problema religioso»
Un problema con fuerte contenido ideológico es que al ser Petroperú una empresa estatal, su posible éxito va contra las creencias de la conocida secta liberal o neoliberal cuyos creyentes están en lo alto de instituciones como el Ministerio de Economía y Finanzas.
Esto se dio a tal punto que, durante el gobierno de Ollanta Humala, el ministro de economía Castilla ni siquiera iba a las reuniones de Estado para conversar con Humberto Campodónico.
Según el credo «libertario», «liberal» toda empresa estatal está destinada a la inoperancia y el fracaso pese a que, en la práctica, las empresas estatales (incluso varias corruptas) son exitosas e incluso invierten en el Perú.
La gran oportunidad
Se ha explicado que la «mina de oro», de la industria petrolera es la extracción pues la refinación tiene poco margen. Según han explicado los directivos de Petroperú, la siguiente etapa es la reactivación de los pozos petroleros en el norte del Perú.
Para los gobierno populistas, las empresas estatales son una suerte de «caja chica» para los proyectos del líder; sin embargo, para un gobierno de otro tipo es una oportunidad de generar crecimiento económico, regular los abusos de los empresarios privados y diversificar la producción de los derivados de petróleo.