La historia del asesinato que moviliza a los ronderos y tiene en jaque al Ministerio Público
Los responsables por la muerte de la madre de dos niños en Carabaya (Puno), Rosa Mendoza aún están en poder de los ronderos luego de una fallida entrega a la fiscalía este 26 de enero.
El caso ha conmovido a una población que ha tenido que escuchar constantes noticias de asesinato a mujeres y busca justicia y seguridad en sus pueblos.
Los confesos asesinos están más de una semana en “cadena ronderil”, sin que la fiscalía actúe. ¿Qué se sabe del caso hasta ahora?. Es bueno darle un repaso desde el principio.
El 13 de enero, en el pueblo de San Gabán, Richard García Chislla (31) apareció ante cámaras soltando lágrimas por la supuesta desaparición de su esposa Rosa Mendoza Ccasa (33).
Dos días después, los pobladores encontraron el cuerpo de una mujer con sus características en la orilla de un río.
Todos pensaron que era Rosa Mendoza pero en realidad se trataba de Adriana Álvarez Machaca, quien no tenía nada que ver en el asunto.
La actitud de Richard García Chislla frente al hallazgo despertó sospechas de los ronderos.
El y su esposa, entonces desaparecida, se dedicaban a la siembra de hoja de coca y la pequeña minería, tenían tres casas y dos hijos de 4 y 11 años.
Los ronderos sabían perfectamente que el año 2019 ellos tuvieron problemas por la aparición de una amante a quien, Rosa Mendoza había mandado a quemar su casa, según se pudo recoger entre los pobladores.
Esta amante fue identificada como Agustina Sucapuca Mamani quien tenía una relación de 7 años con Richard García.
De acuerdo a su confesión,luego de muchas peleas, el varón planificó la muerte de la madre de sus dos hijos desde enero con la instigación y ayuda de su amante.
Para este fin contrató a Juvenal Ochicua Omonte un joven de 22 años quien, a su vez, contrató los servicios de otros dos varones aún no identificados.
Con todo preparado, el día sábado 8 de enero, en un lejano caserío llamado Alto Cumbre le tendió la trampa.
Según Richard fue Juvenal quien se acercó fingiendo un asalto tras lo cual le dio dos disparos de arma de fuego a la cabeza de Rosa.
El pago fue de 5 mil soles aunque estaba pendiente la entrega de otra cantidad similar pues, aparte de acabar con la vida de la mujer, los autores se encargaron de ocultar su cuerpo.
Encontraron los restos quemados con gasolina. La cabeza y el corazón no fueron hallados y según Richard están en poder de Juvenal quien le dijo que esas partes del cuerpo sirven para pagos a la tierra.
La confesión no hubiera sido posible sin la intervención de las rondas campesinas. Los ronderos fueron quienes lograron arrancar la confesión del asesino y dar con el cuerpo.
Ellos también dieron con su amante, Agustina Sucapuca y, los sometieron a lo que se conoce como “cadena ronderil”.
Aquí lo polémico pues mientras unos aplauden el actuar de las rondas hay quienes piden que su intervención termine con la entrega a la fiscalía.
Sin embargo, los ronderos no confían en los fiscales con razón pues, hay antecedentes de fuga de sospechosos y persecución contra los que capturaron al recordado asesino Florencio Chura.
El periodista Liubomir Fernandez informó respecto a la actuación del Ministerio Público: «Las Rondas Campesinas de Macusani acudieron al Ministerio Público, para entregar al confeso feminicida Richard García Chislla y su pareja Agustina Sucapuca. El fiscal del caso estaba de vacaciones. Solo el fiscal adjunto Johan Tomás, informó sobre la Resolución N°1 del juez Luis John Castillo Andia, quien dictó 72 horas de detención preliminar sólo contra García. Tácitamente Sucapuca, quedaba libre. La disposición del juez no tenía la declaración del confeso asesino. En conclusión el sistema de justicia desconocía todo lo que confesaron los detenidos».
Richard y Agustina pasan merecidamente, su vía crucis. Son exhibidos en plazas y en redes sociales, se arrepienten por los hechos pero cabe la pregunta: ¿Qué consecuencias tendrá esto para los dos hijos que perdieron a su madre?