En Puno rezan para que tercera ola no arruine la festividad Virgen de la Candelaria

Con casi 123 millones de soles de movimiento económico generados en el año 2019 (según estudio económico de la Cámara de Comercio de Puno), la festividad de la Virgen de la Candelaria en Puno no solo es una fiesta sino un negocio gigantesco que, un año más se ve amenazado por el inicio de la tercera ola y la irrupción de la variante Omicrón.

Los autoridades de la región de Puno así como los representantes de los conjuntos de danzas se encuentran en un gran dilema por la festividad luego de la suspensión económicamente dolorosa del año 2021.

El presidente de la Federación Regional de Folklore de Puno, Víctor Espino, presentó un plan para llevar a cabo solo el concurso de danzas prescindiendo de otras actividades como recepción de bandas, cacharpari (despedida) y parada folclórica.

A pesar de que varios conjuntos anunciaron desde el año pasado su negativa a participar, Víctor Espino aseguró que hay 70 conjuntos de danzas de traje de luces y 60 de traje autóctono que está dispuestos a participar con lo cual estaría garantizado un buen espectáculo.

Del otro lado están las autoridades de salud quienes recomendaron no llevar a cabo actividad alguna de la festividad.

Desde la federación, institución encargada de organizar el concurso, aseguran que tomarán medidas como limitar el aforo del escenario del concurso, el estadio Enrique Torres Belón, en solo 30% y cerrar las calles aledañas además de sancionar con descalificación o desafiliación a los conjuntos que permitan aglomeraciones.

Sin embargo, las autoridades dudan que esto se suficiente para evitar contagios pues es bien sabido que, por costumbre, se consume bastante licor y se organizan fiestas (recepciones) donde es casi un hecho que se den varios contagios.

Los que sufren en silencio son las decenas de artesanos que viven de la elaboración de trajes, los hoteleros de todas las categorías, los pobladores de los Uros (destino turístico alterno a la fiesta), transportistas, organizadores de eventos y otros que participan del movimiento económico que bordea los 123 millones de soles en la región altiplánica.