Lunes, 25 de noviembre 2024 - Diario digital del Perú

Patología de los gobernadores regionales generado por el poder

Actualizado: 13 noviembre, 2021

Jorge Luis Choque

La intervención del Ministerio Público y las acusaciones contra diferentes gobernadores y alcaldes, ante escandalosos y flagrantes hechos de corrupción, se han presentado de manera consecutiva. Si bien este tipo de conductas cuestionables existen, no todas las “autoridades” han sido acusadas, aun existiendo alarmantes signos de enriquecimiento que la población observa. Tal parece que el poder enceguece a los gobernantes e ingresan una vorágine de competencia, de quien roba más al erario nacional.

El uso del poder es una herramienta que cualquier “autoridad” y/o “funcionario” ha de saber utilizar para impulsar sus proyectos. Las intenciones y la naturaleza con las que se ejerce el poder, determinan por dignificar o por el contrario corromper a los funcionarios.

La falsa democracia que vivimos, ha establecido reglas de juego en las que sólo pueden ser electos, gente con capacidad económica, facinerosos con ambiciones de poder y dinero y alguna que otra persona con buenas intenciones. Los que provienen de los dos primeros grupos, utilizan las instituciones para su propio beneficio, o el de su clan, sin atender al bien común. Muchos de ellos resultan ser sociópatas que, procuran mostrar una imagen popular, pero siempre engañosa. Dicha en palabras de Maquiavelo:Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.

Para mantenerse en el poder, requieren de adulones, gente con necesidad económica que está dispuesta a todo, es un colchón social necesario para sus fines. Gente amoral y sin escrúpulos, que están detrás de los gobernantes, utilizando redes sociales y cuanto escenario social exista para ensalzar a su “jefe” y embarrar a sus opositores, gente tan servil que es capaz de aseverar que los pedos hediondos de “jefe” huelen a colonia.

En el artículo escrito por Luis Huete y publicado por la revista cultural “Nuestro Tiempo”, establece que, “Los efectos nocivos del mal uso del poder provocan una patología cuyos síntomas son conocidos: indiferencia ante lo que otros piensan; frialdad hacia los sentimientos de los demás; pérdida del sentido del riesgo o de la proporción en el perfil de prioridades con el que se dirige la institución; instrumentalización de los ciudadanos para lograr los propios fines; tendencia a rodearse de personajes poco independientes intelectual y económicamente; juicio simplista, estereotipado, de los individuos y de los acontecimientos; sobrevaloración de la imagen y de las capacidades personales; conductas inapropiadas, como humillar en público y en privado, excesos relacionados con la comida, la bebida, el sexo, las drogas, etcétera”.

Hoy queda evidenciado la validez de aquella cita dicha por el profesor de Historia Moderna de la Universidad de Cambridge, Lord Acton,El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”. Habría que añadir que salvo en el caso de personas con virtudes muy arraigadas.

Un líder con virtudes pone barreras al uso del poder, no recurre a prácticas con faltas de ética, valora el bien común y con ello evita el efecto de ser arrastrado por el abuso del poder, que Montesquieu describía: “Es una experiencia eterna que todo hombre revestido de poder siente una inclinación a abusar de él, yendo hasta donde encuentra límites”.

Cuando un solo individuo tiene tanto poder crea desequilibrios en la democracia, y cuando esa misma persona confunde sus creencias personales y religiosas hasta el punto de convertirse en un fanático, el personaje se convierte en un inquisidor, un iluminado y en alguien que poco o nada respeta las leyes o las instituciones humanas, pues hasta se cree sobrenatural, no importa que la realidad y la ley digan lo contrario.

Han llegado a la imbecilidad de creer que el pueblo no se da cuenta y por lo tanto no dan cuenta de sus actos, que la democracia es para él y su entorno. Con el poder que ejercen, compran a mercenarios de la prensa para cuestionar y condenar a cualquier opositor, sin juicio ni argumento; en algunos casos, hasta jueces y fiscales encargadas de investigarlos se hacen los de la vista gorda, por esta razón la justicia cada día pierde credibilidad.

Maquiavelo, reflexionaba sobre el poder afirmando que es algo vivo, no una entelequia. El poder es esencialmente de naturaleza humana, de ahí su imperfección y su fragilidad. No dura toda la vida.


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