Verónica recorre el sur como un fantasma desesperado
Atrás quedó ese poderoso texto izquierdista de Karl Marx y Federico Engels, cuando para hacer alusión a la poderosa avanzada izquierdista, dijeron: «Un fantasma recorre Europa – el fantasma del comunismo». Un texto que la mayoría de miembros izquierdista lo recibía como un credo religioso y lo impulsaba a hacer cuanto se pudiese por arrebatar el poder a la clase opresora. Pero eso fue hace tiempo, porque al presente esa poderosa imagen no inquieta a nadie, ni refleja ni cobra sentido. Por lo menos en el Perú, donde la izquierda viene tocando un fondo profundo, mucho más abajo que los cimientos de un subterráneo.
Y digo todo esto, con motivo del advenimiento de Verónica Mendoza al sur del país, a Puno, donde no la paso bien y además confirmó que su imagen, de izquierda pura, según ella, no atrae ni convoca a los electores. Si tratara de acomodar ese antiguo texto marxista a nuestros días, con toda certeza diría que: “Verónica Mendoza recorre el sur como un fantasma desesperado”. Y no peco de injusto cuando lo digo, porque lo que le está ocurriendo a Mendoza en este proceso electoral es desesperante.
En primer lugar, según las últimas encuestas, su escalada en el proceso electoral no se da, pues de 7% cayó al 6%, ubicándose ahora en quinto lugar nivel nacional. En segundo lugar, su situación a nivel de sectores, es igual porque tanto en Lima, Oriente y el sector Norte, su porcentaje ha disminuido, incluso en el centro, donde anteriormente ha tenido mayor apego, ahora ha caído de 13% a 8%. En tercer lugar, su situación en el sur es aún más crítica pues de 10% cayó a 7%.
Con estas cifras cualquiera tiende a deprimirse y a desesperarse. Y eso es lo que le está ocurriendo a Mendoza: esta desesperada. Tanto así que, en el afán de protagonizar políticamente en el sur, no ha tenido mejor idea que conversar con Evo Morales, quien, como un amauta, no escatimó en darle lecciones de gobierno. Y no es que este mal esta parla binacional, el hecho va en que esto no va a ser tomado con agrado por el sector limeño, que le tiene tirria y espanto al gobierno venezolano y Evo, representa esa línea política.
Para finalizar, los candidatos al congreso, que Mendoza tiene, no ayudan en nada pues además que algunos son ilustres desconocidos, otros tienen serios cuestionamientos con la ley. De modo que la izquierda de Verónica Mendoza, con tintes de Micaela Bastidas moderna, no tiene un futuro promisorio ni aquí, en el sur, ni a nivel nacional.
Quería incorporar a Pedro Castillo en este escrito, pero me doy cuenta que es pescado de otro rio. Un rio que algunos dicen que es de agua dulce cuando en realidad es salado.