Periodista, una profesión de riesgo
Durante los últimos 25 años han sido más de 2.300 periodistas y reporteros los que han fallecido en el ejercicio de su profesión. La mayoría lo ha hecho cubriendo la actualidad en zonas de guerra como Afganistán, Siria e Irán, pero también en otros países como México, China y Filipinas.
Solo en 2019 fueron 49 los periodistas asesinados, 389 encarcelados y 57 secuestrados. Una situación que el comparador de seguros Acierto ha analizado con motivo del Día Mundial para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas. Porque, ¿a qué riesgos se enfrentan estos profesionales y cómo pueden protegerse?
La dificultad más llamativa es la que tiene que ver con los conflictos armados y la guerra; un contexto en el que la impunidad alimenta la violencia y refuerza la necesidad de incrementar la protección de aquellos profesionales que cubren la actualidad en zonas peligrosas y que también son víctimas de secuestros, desapariciones y chantajes gubernamentales.
Por no hablar de las dificultades a las que se enfrentan en el primer mundo, donde el paro, los intereses empresariales, la crisis publicitaria y la influencia política condicionan su quehacer y hasta la libertad de prensa.
Una profesión de riesgo
De hecho, el desempleo y la precariedad se postulan entre las preocupaciones de este colectivo. 8 de cada 10 profesionales se muestran abiertamente inquietos por estas cuestiones. Algo que no nos extraña si tenemos en cuenta la cantidad de EREs que numerosos grupos de comunicación han realizado desde el inicio de la crisis económica.
La ingente cantidad de graduados que cada año salen de la universidad y la creciente demanda de esta carrera -que no se ajusta en absoluto a la capacidad de absorción laboral de un mercado moribundo- tampoco ayudan.
El intrusismo profesional es otra cuestión que «sorprende» y «molesta» a casi la mitad de ellos. Y a esto se añade la reciente incorporación de robots periodistas o Inteligencias Artificiales a redacciones como la del Washington Post con motivo de eventos como las Olimpiadas, etcétera. Una iniciativa que ha sido vista como una amenaza.
Aquellos que sí trabajan, por otra parte, han de enfrentarse, en numerosas ocasiones, a dificultades de conciliación -por el horario- e incluso algunos han experimentado problemas físicos y psicológicos derivados del horario laboral, el estrés y la excesiva carga laboral.
Un estrés al que no contribuyen los sueldos que maneja el colectivo y a los problemas de los falsos autónomos. Para empezar, hasta el 45% de los periodistas autónomos tiene un salario precario. Los sueldos en comunicación son un tanto más altos, aunque depende en gran medida del país donde se ejerce. En esta especialidad, eso sí, la mayoría se muestra relativamente satisfecho con su salario.
En cuanto a la política e incluso en los Estados Unidos -un país que siempre se ha caracterizado por su libertad de expresión-, los periodistas estadounidenses se alzan continuamente contra las opresiones de Trump; y México se ha convertido en el país con más reporteros asesinados del mundo. La manipulación, asimismo, alarma a más del 55% de estos profesionales.
Cómo protegerse
El comparador de seguros Acierto.com, por su parte, se centra en los corresponsales de guerra y remarca la importancia de contratar una póliza que les proteja -a ellos y a los suyos-. Y es que existe una gran diferencia entre ellos y el resto de periodistas, pues la suya puede ser considerada como una profesión de riesgo, algo que podría conllevar una sobreprima.
En cualquier caso, lo más importante es que el seguro responda a una emergencia, especialmente si se requiere de un ingreso en el hospital, o de la repatriación urgente al país de origen. Además, convendría revisar el apartado de las limitaciones relacionadas con la visita al psicólogo, algo esencial si tenemos en cuenta que ciertos corresponsales de guerra cuentan con estrés postraumático.
Un seguro de vida con cobertura de invalidez -temporal o absoluta- resultará igualmente clave. Asimismo, debería contemplar su fallecimiento con el objetivo de proteger a su familia en este caso. Precisamente por los riesgos, algunas compañías aseguradoras excluyen a estos profesionales. Otras, incluso, cuentan con exclusiones para zonas de guerra.
No obstante, otras compañías sí cubren ese riesgo incluso diferenciando por zona de riesgo -valga la redundancia-. Desde un nivel de peligrosidad bajo hasta un nivel de riesgo extremo. Eso sí, la prima por cubrir en estas últimas zonas es hasta cuatro veces superior (respecto de las zonas de riesgo bajo). La edad y preexistencias también condicionan el precio e incluso la aceptación del periodista como asegurado.
Las nuevas oportunidades
Por supuesto no todo es negativo, sino que el desarrollo de la tecnología también ha dado lugar a nuevos perfiles como analistas de datos y tráfico, periodistas de datos, gestores de contenidos digitales, redactores de branded content, expertos en redes sociales, infografistas interactivos y maquetadores online, etcétera.
Respecto a la Inteligencia Artificial y el análisis de datos, la automatización de determinados procesos permitirá contrastar las fuentes y agilizar noticias que antaño suponían una inversión de tiempo mayor; un tiempo que ahora los periodistas podrán dedicar a la investigación así como al desarrollo de otras informaciones más elaboradas e interesantes para el público.
En cualquier caso y a medida que esta última (la Inteligencia Artificial) se vaya implantando, los medios deberán implementar nuevos planes de formación para proteger esos datos, así como políticas concretas encaminadas a evitar fugas y demás. Un punto en el que los seguros contra ataques cibernéticos a empresas se encuentran ganando cada vez más protagonismo.