10 claves para entender la posible renegociación del contrato del gas de Camisea

Si bien tiene a los principales medios de comunicación en contra, el Ejecutivo tiene el poder de marcar la agenda periodística. Esto se ha demostrado con la “amenaza” de nacionalizar el gas de Camisea si la empresa no quiere renegociar lanzada por el Premier, Guido Bellido. 

El Presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido Ugarte, abiertamente convocó «a la empresa explotadora y comercializadora del gas de Camisea, para renegociar el reparto de utilidades a favor del Estado, caso contrario, optaremos por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento».

El abogado y Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Anibal Torres, se expresó de similar manera señalando, «el gas de Camisea, como cualquier contrato público o privado, se puede y se debe renegociar, su nacionalización o cambio de sistema de explotación».

Respecto a esta polémica propuesta del Ejecutivo, La Patria, ha seleccionado 10 claves del asunto intentando distinguir información genuina de la pura propaganda empresarial.  

1.- Sí se pueden renegociar los contratos entre el Estado y las empresas privadas. De hecho, según apunta Humberto Campodónico, se renegociaron contratos ley como el de construcción del aeropuerto Jorge Chávez, aeropuertos del norte, concesiones del metro, entre otros. Sin ir más allá, el mismo contrato del gas de Camisea ya fue renegociado durante el gobierno de Ollanta Humala. 

2.- Ojo a las palabras nacionalizar, estatizar y expropiar las medidas son distintas pero relacionadas. En el caso de nacionalizar, implicaría afirmar derecho para cobrar más impuestos; estatizar, implicaría tomar el control y expropiar implicaría quitarle la posesión a la empresa para luego dar el control a otro concesionario privado o estatizar.

3.- La última palabra la tendría un tribunal extranjero. Por tratados firmados por el Perú, las diferencias de esa naturaleza son llevadas a un arbitraje a cargo de la CIADI del Banco Mundial. Es bueno apuntar que, en el año 2015, Perú le ganó un arbitraje a la empresa Repsol en dicha instancia. 

4.- Estadísticas aparentemente favorables. Camisea procesa 92% de la producción fiscalizada de gas natural de Perú y permite generar más del 40% de la energía eléctrica consumida a nivel nacional.

5.- No es una idea estatista ni comunista pues en el pasado, incluso Alfredo Barnechea lo ha planteado argumentando que se puede presionar a la empresa para renegociar el contrato. Estas propuestas las lanzó en el año 2016 luego, los medios capitalinos destrozaron su candidatura. PPK también ofreció renegociar el contrato y nadie fingió pánico.

6.- Todos en el gobierno están de acuerdo. Si bien hay diferencias y divisiones al interior del gobierno en otros temas, en este en particular hay unanimidad, incluso Aníbal Torres se manifestó totalmente a favor. 

7.- No espanta las inversiones necesariamente pues en la experiencia boliviana, se nacionalizó los hidrocarburos, se renegociaron 44 contratos sobre ese recurso y ninguna empresa se fue y de esto dieron cuenta varias empresas. 

8.- Economistas de ultraderecha reconocen que no conviene. Desde el Instituto Peruano de Economía, órgano de defensa intelectual de intereses empresariales,el economista Hans Rothgiesser dijo sobre el contrato: “ en las circunstancias actuales (2010) es un contrato que ahora no nos conviene en lo más mínimo (…) esto para nada justifica las condiciones desfavorable para el estado peruano, o para el país”. 

9.- El trato nació sucio. El gestor del trato, tal y está definido, fue Pedro Pablo Kuczynski, íntimo amigo del dueño de Hunt Oil, el señor Ray Hunt de quien también fue su empleado. La empresa mencionada es la que ganó la concesión de Camisea. Al momento de conseguir el contrato, no tenía ni el peso ni el capital para asumir las obligaciones, tal como lo apuntó el fallecido Javier Diezcanseco. 

10.- Ganancias arriba y costo altos abajo. Como muestra, en el año 2010 se calculó que la sobre utilidad sería de 15 mil millones de soles, tal como lo indicó Manuel Dammert quien calificó “este es un faenón más grande que en la época del guano”. En tanto, el peruano de a pie compra el gas a uno de los precios más caros de la zona.