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Agrobanco: la política del gato por liebre


Milcíades Ruiz

Milcíades Ruiz
13/02/2018

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Engatusar es el arte de la política criolla. Nos dicen que es conejo pero nos dan de comer gato. Al igual que la falsa regionalización, a los agricultores les hicieron creer en el 2001 que tendrían un banco agrario como el que suprimió Fujimori al eliminar toda banca de fomento conforme a la ideología neoliberal. Lo que pusieron, fue un banco agropecuario comercial –AGROBANCO, que fingía ser de fomento pero operaba como cualquier otro banco privado. Muchos agricultores no se dieron cuenta de la jugada y perdieron su patrimonio con las cobranzas coactivas. Este banco estaba destinado al fracaso porque tenía que financiar exclusivamente a un sector empobrecido por el neoliberalismo y ningún banco puede prosperar donde no hay rentabilidad.

“Tenemos que apoyar al agro” dijo el pinocho Kuczynski en su campaña electoral, dando su peculiar bailecito. Hoy vemos sin embargo que la desesperante ruina de los agricultores los lleva a bloquear carreteras como paro agrario porque no tienen otro mecanismo para hacerse escuchar. El pinocho dice que detrás de la movilización campesina está la extrema izquierda, les mete bala y campesinos mueren por reclamar el socorro del gobierno. Una de sus demandas es declarar al agro en emergencia pero el gobierno les ha dado caramelos y todo vuelve al olvido. Tampoco sus demandas tienen eco en la izquierda, quizá porque no se trata del proletariado bíblico sino de “pequeños burgueses”.

Pero volviendo al asunto de Agrobanco, ante su bajo desempeño por carencia de recursos se procedió a su relanzamiento mediante ley que le daba mayor flexibilidad y fondos pero siempre como entidad financiera comercial dependiente del holding de empresas estatales. La idea era que el agro y el campesinado tuviesen una entidad que los ayude en el financiamiento de sus actividades pero siendo una entidad comercial forzosamente tenía que buscar el lucro para autosotenerse. Era una contradicción desde el inicio porque los agrarios exigían que se comporte como banco de fomento pero no podía por ley. Sus tasas de interés se incrementaban por el riesgo climático y la lejanía de los usuarios.

Posteriormente, Agrobanco pasó a ser dependencia del Ministerio de Agricultura para hacerlo más eficaz pero sin cambiar la naturaleza de banca comercial. Se suponía que el banco sería el brazo financiero de la política agraria pero no funcionó así y prevaleció su carácter comercial otorgando créditos no a las líneas productivas priorizadas por el ministro de turno sino, siguió funcionando por su propia cuenta, aplicando tasas lucrativas y atendiendo a clientes solventes solamente. Todos en el agro reclamaban por la política financiera del banco que no apoyaba a los pequeños agricultores pero nada se modificaba. Agrobanco tenía que subsistir sobre la base de sus colocaciones rentables.

Con el gobierno de Ollanta dirigentes de CONVEAGRO, una entidad que agrupa a la mayoría de gremios agrarios, ocuparon la alta dirección del Ministerio de Agricultura y en estas circunstancias fue nombrado como presidente de Agrobanco el izquierdista Eco. Hugo Wienner, hermano del recordado periodista Raúl. Tenía la experiencia de haber presidido la Caja Rural de Puno y su gestión fue elogiada por su dinamismo y esfuerzos de favorecer a los pequeños agricultores ampliando su cobertura a zonas alejadas.

La atención crediticia creció pero se encontró con el mismo problema de la naturaleza comercial del banco y solo podía darle una orientación de banca de desarrollo pero no de fomento. El banco tenía que ser rentable y la opción fue buscar el lucro con los grandes para tener espacio hacia los pequeños. Las colocaciones aumentaron en monto considerablemente pero no se sabía qué estaba pasando. El banco se endeudó con otros bancos para tener liquidez y ampliar su cobertura. En el recambio de ministros Hugo dejó la presidencia de Agrobanco.

Desde entonces la gestión de Agrobanco fue deteriorándose hasta llegar actualmente a una situación de quiebra al perder gran parte de su patrimonio. La orientación del crédito agrario fue hacia las grandes empresas aunque no fueran del sector, desnaturalizando el fin de Agrobanco. Estas empresas aprovecharon la ocasión de crédito estatal y fagocitaron la mayor parte de los recursos pero sin honrar sus deudas con lo cual, dejaban a los pequeños agricultores sin acceso al crédito por falta de fondos. El banco perdió liquidez y sus pérdidas se acumularon. Las grandes empresas quebraron al Agrobanco con la complicidad de los directivos y ejecutivos responsables.

Estas son algunas de las empresas a las que Agrobanco otorgó grande sumas crediticias y que en conjunto deben todavía cerca de 500 millones de soles.

AGROBANCO: CARTERA DE GRANDES MOROSOS

Cultivos Ecológicos del Perú sac (Surco)
Exportación
Abusada Hayal Carlos Antonio
61 millones

Agroindustrias Terranova sac (Ica)
Exportación
Abusada Hayal Carlos Antonio
4 millones

Agrícola Yaurilla sa (San Isidro)
Exportación
Wong Wong Javier Guillermo
59 millones

Esfiel TOP International s.a. (Surco)
Exportación
Rivasplata Mendoza Elmer Eduardo
20 millones

Agrícola Santa Marcela (Trujillo)
Exportación
Lino Vargas Machuca Juan Jose
16 millones

Fundo San Isidro sac (Chorrillos)
Exportación
Balmelli Ruiz Atilio Arturo Alfredo
15 millones

Green Gold Forestry Peru sac (Loreto)
Extracc Madera
Hughes Gareth
6 millones

Leocar Lima (cercado)
Ganadería
Chauca Toro John Leonardo
5 millones

Cooperativa Agraria SER (Pisco)
Exportación
Quispe Rojas Juan de Dios
5 millones

Fundo San Crispin sac (Oxapampa)
Exportación
Noche Mick Ingobert
5 millones

Compañía Agrícola Jayanca sac (Lambayeque)
Exportación
Rojas Taipe Wilder
5 millones

Agrícola Sol de Villacurí (Surco)
Exportación
Tipacti Elias Alfonso Gustavo
52 millones

Ecological Corporation sac (La Molina)
Exportación
Moreyra Solis Yanet Elva
12 millones

Hacienda La Herradura sac (San Martín)
Ganadería
10 millones

AQP Olmos sac (San Isidro)
Mendoza del Solar Jose Enrique
8 millones

Flora Lima sac (San Isidro)
Exportación
Cabani Ravello Mario Renato
7 millones

CWT Group Perú sac (Surco)
Exportación
Arbulú Alvistur Fabricio José
5 millones

Agro Exportadora Villa Hermosa (Chiclayo)
Exportación
Valdivia Roncalla Luis Alejandro
4 millones

Agrícola Los Medanos sa (Surco)
Exportación
Gonzales Martensen Maria Eugenia
22 millones

Agroindustrias Aurora sac (Chiclayo)
Exportación
Arroyo Urcia Manuel
8 millones

Negociación Agrícola Yotita s.a. (Chiclayo)
Exportación
Salazar Torres Pablo Enrique
7 millones

Tropical Farm sa (Chiclayo)
Exportador
Cerquera Davila Carlos Frank
14 millones

Frutos Tropicales del Norte s.a. (Lambayeque)
Exportador
Cerquera Nuñez Carloman
13 millones

RVR Agro (La Molina)
Exportación
Villacorta Pinedo Jose Luis
39 millones

Perú Grapes sac (Piura)
Exportación
Tejero Franco Juan Luis
22 millones

Agrícola Portillo sac (Ica)
Exportación
Portillo Rondan Jose Luis
16 millones

Agrofruits San Miguel sac (Piura)
Agroindustria
Aviles Garcia Miguel Angel
5 millones

Manutata sac (Madre de Dios)
Agroindustria
Paz Quiroga Juan Alejandro
3 millones

Intipa Foods sac (Ancash)
Exportación
Cruz Ortega Julia Mercedes
11 millones

Agrícola Ispana sac (Ica)
Exportación
Jurado Cucho Felipe Plinio
8 millones

Oleaginosas del Perú sa (San Martín)
Elab aceite
Hoyos Cardenas Arturo
7 millones

ICCGSA Forestal sac (Huánuco)
Extracc madera
Pique Romero Tito Antonio
6 millones

Agrícola BGS sac (Surco)
Exportación
Bazo Safra Javier Fernando
3 millones

TOTAL S/. 484 millones

EMPRESAS DEUDORAS QUE YA CANCELARON DEUDAS

Maquiwood s.a. (Ucayali)
Extracc madera
Koechlin Arce Luis Alvaro
13 millones

Green Vegetables & Flowers sac (Miraflores)
Exportación
Vergara Lovera Jose Nolberto
7 millones

Cultivos Ecológicos y Agrícola (Yaurilla) debían S/ 100 millones cada una. Queda saldo

Después de ver este colapso resulta irónico decir que, teniendo el Perú al Señor de los Mil agros sin embargo el gobierno, no atiende ni uno solo. El sector agrícola ha terminado el año en rojo según cifras del INEI y hay mucho que decir sobre la falta de apoyo del Estado a la pequeña agricultura, sobre la pobreza campesina y el mal uso de los fondos públicos, el poder de la burocracia, la corrupción y el desinterés de las autoridades.

Se crean organismos engañosos por demagogia, que tergiversan sus funciones. Supuestos Gabinetes de reconciliación con nadie y Mesas de diálogo por todas partes, pero nada cambia. Esto es así porque no existe el poder popular con la capacidad de forzar los cambios que el país necesita. Los partidos políticos andan en otra onda. La liquidación de Agrobanco dejará al aparato productivo agrario sin la palanca financiera que es clave para su expansión y desarrollo.

La izquierda debería tener una posición definida respecto de esta temática. Lo que podríamos plantear entonces es, el restablecimiento de la banca de fomento en todos los sectores para estimular y expandir las inversiones reproductivas de los pequeños propietarios como estrategia de desarrollo nacional. Los agricultores como muchos ambulantes y trabajadores independientes son pequeños inversionistas que utilizan su propio capital pero no pueden desarrollarse porque carecen de los medios apropiados.

Es probable que lo dicho no tenga importancia para quienes son insensibles al sufrimiento popular. Pero sí para las mayorías nacionales que sufren en carne propia las injusticias del sistema trabajando honradamente sin poder prosperar. Llevar la palabra de aliento y esperanza en el socialismo, es algo que podemos hacer. Ustedes que dicen.

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